El vinagre es ampliamente valorado en la cocina por su sabor ácido, pero también por sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Más allá de ser un conservador natural, este líquido ha demostrado tener efectos positivos en la salud, como mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir picos de glucosa y favorecer la saciedad, de acuerdo con la Escuela de Salud Pública de Harvard. Cuando se añade vinagre al agua de cocción, este actúa sobre las moléculas de almidón presentes en el arroz. Las retrasa en su proceso de cristalización, lo que se traduce en granos más sueltos, esponjosos y con una textura más agradable. Además, ayuda a que el arroz no se apelmace ni quede gomoso, y favorece una cocción más uniforme. El uso de vinagre también tiene efectos metabólicos. Al reducir la carga glucémica del arroz cocido, este truco se vuelve ideal para quienes buscan mantener estables sus niveles de azúcar en sangre. Incluso puede mejorar la absorción de nutrientes, como lo explica el portal especializado The Kitchn. Seguir este consejo es muy sencillo. Solo necesitas añadir de 1 a 2 cucharaditas de vinagre de manzana por cada taza de arroz crudo. El proceso es el siguiente:El sabor no se ve afectado si se utiliza la cantidad adecuada, y se puede complementar con una pizca de sal, según la receta.Incorporar vinagre en la cocción del arroz es una técnica práctica, saludable y sin complicaciones. Mejora textura, sabor, digestión y conservación. Ahora que lo sabes, puedes transformar un platillo básico en una preparación mucho más completa y funcional, ideal para cualquier comida del día. KG