La Secretaría de Salud federal recomienda consumir entre 2 y 3 litros de agua al día, preferentemente natural, ya sea hervida, desinfectada o embotellada. Esta cantidad puede variar según factores como la edad, el sexo, la dieta y el nivel de actividad física de cada persona. Especialistas señalan que, en condiciones de calor extremo, es fundamental aumentar la ingesta de líquidos, incluso si no se siente sed. La sed puede no ser un indicador temprano de deshidratación, por lo que se aconseja beber agua de forma regular a lo largo del día. Además, se recomienda evitar bebidas con alto contenido de azúcar o alcohol, ya que pueden contribuir a la deshidratación. Optar por agua simple y, en caso de dificultad para consumirla sola, agregar rodajas de frutas o hielo puede ser una alternativa saludable. Es importante también prestar atención a señales del cuerpo, como el color de la orina, que debe ser clara; una orina oscura puede indicar deshidratación. Mantener una hidratación adecuada no solo ayuda a regular la temperatura corporal, sino que también mejora el rendimiento físico y mental.En resumen, durante las olas de calor, es crucial aumentar la ingesta de agua, adaptándola a las necesidades individuales, y evitar bebidas que puedan afectar la hidratación. Estas medidas son esenciales para proteger la salud y el bienestar en condiciones de altas temperaturas.KG