Sábado, 07 de Junio 2025
Estilo | Psicología

¿Qué significa no subir nunca estados de WhatsApp, según la psicología?

Esta decisión puede tener múltiples lecturas y motivaciones profundas y aquí te explicamos las más relevantes

Por: Elsy Angélica Elizondo

Especialistas en comportamiento digital coinciden en que esta decisión tiene un alto componente personal. FREEPIK

Especialistas en comportamiento digital coinciden en que esta decisión tiene un alto componente personal. FREEPIK

En la era digital, las redes sociales se han convertido en un gran espejo colectivo: todos quieren mostrar su reflejo para ser vistos, aprobados o reconocidos. WhatsApp, aunque comenzó como una simple plataforma de mensajería, no ha sido la excepción. 

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La función de "estados" —breves publicaciones visibles para los contactos durante 24 horas— se consolidó rápidamente como una nueva forma de expresión cotidiana. Sin embargo, hay quienes, de forma consciente o no, deciden mantenerse al margen. 

¿Qué significa, desde la psicología, no publicar estados en WhatsApp? 

Lejos de ser una simple omisión, esta decisión puede tener múltiples lecturas y motivaciones profundas que se relacionan con el bienestar emocional, la identidad y la forma de relacionarnos con el entorno.

1. Búsqueda de privacidad 

Para muchas personas, la privacidad sigue siendo un valor esencial. Evitar compartir estados es una forma de establecer límites y preservar un espacio más íntimo, lejos de la mirada constante de contactos, colegas o incluso desconocidos. No publicar también puede ser una manera de ejercer control sobre quién accede a fragmentos de la vida personal. 

2. Autocuidado y salud mental 

En un entorno digital saturado de imágenes, opiniones y expectativas, no participar en la dinámica de publicaciones puede ser un acto de autoprotección. Reducir la exposición ayuda a evitar la comparación constante con otros, el desgaste emocional por validación externa y la ansiedad provocada por la necesidad de “verse bien” todo el tiempo. Es, en muchos casos, una forma de cuidar la salud mental. 

3. Conexiones más auténticas 

Curiosamente, algunas personas prefieren mantener sus relaciones lejos de los reflectores digitales. Al no publicar estados, apuestan por vínculos más profundos y reales, donde la comunicación ocurre cara a cara o mediante conversaciones más significativas. Es una forma de decir: “prefiero el diálogo directo antes que la vitrina virtual”. 

4. Resistencia a la cultura de la inmediatez 

La urgencia por compartir cada momento puede resultar agotadora. Decidir no participar en esa dinámica también puede ser un gesto de rebeldía silenciosa ante una cultura que prioriza lo inmediato sobre lo profundo, lo visible sobre lo vivido. Al no publicar, se recupera el control sobre la narrativa personal y se desacelera el ritmo de exposición constante. 

Especialistas en comportamiento digital coinciden en que esta decisión tiene un alto componente personal. No publicar estados no es sinónimo de aislamiento ni de desapego, sino, en muchos casos, un signo de introspección, autenticidad o necesidad de desconexión. Para algunos, representa una pausa saludable; para otros, una declaración silenciosa de que su vida no necesita un escaparate para ser válida. 

En definitiva, mientras muchos eligen mostrar su día a día a través de una pantalla, hay quienes encuentran valor en el silencio digital. Y esa, también, es una forma de comunicarse. 

EE

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