El calor ha alcanzado cifras récord, mientras que los fenómenos meteorológicos extremos, provocados por el cambio climático, afectan a nuestras mascotas: gatos, perros, conejos, roedores y otros pequeños mamíferos, incluso reptiles y aves experimentan y muestran signos de insolación de formas distintas a las nuestras.Quienes tienen mascotas “a veces juzgan la temperatura por cómo ellos mismos la sienten, y eso es lo que no tenemos que hacer”, explica Barbara Hodges, veterinaria y directora de defensa y divulgación de la Humane Society Veterinary Medicine Association, con sede en Davis, California.Fisiológicamente, los animales afrontan el calor de forma diferente a los humanos: mientras que para regular la temperatura corporal, los humanos sudamos por la piel, de la cabeza a los pies, y el sudor se evapora para enfriar nuestro cuerpo, los perros y los gatos, solo transpiran por las patas y la nariz; los conejos y los pájaros no sudan. En el caso de los perros, ellos utilizan el jadeo como principal forma de refrescarse, ya que permite que el agua se evapore a través de los pulmones, la lengua y las superficies húmedas de la boca.Los gatos, por su parte, suelen acicalarse el pelo para mantenerse frescos, ya que la saliva se evapora de su pelaje.Es por este motivo que José Arce, veterinario y presidente de la Asociación Médica Veterinaria Americana, advierte que cortar el pelo de las mascotas no es la mejor forma de ayudarlos a mantenerse frescos.Puede parecer contradictorio, pero el pelo actúa como aislante, “como los tejados de las casas con capas de aislante”, ejemplifica Arce. Además, los protege de las quemaduras solares, algo a lo que son tan susceptibles como los humanos.El calor extremo “puede desbordar la termorregulación de un animal, impidiéndole deshacerse del exceso de alta temperatura y provocándole finalmente un golpe de calor que puede ser mortal”, sostiene Arce. Y agrega que, si bien todos los animales de compañía son susceptibles de sufrir una insolación, algunos corren un riesgo mayor.Por ejemplo, los perros de cabeza corta, como los carlinos o pug, los bulldogs, los bulldogs franceses y los terriers de Boston, tienen tráqueas estrechas y pueden tener problemas para exhalar el aire, lo que significa que pueden tener problemas para mantenerse frescos.En tanto, las mascotas con problemas cardíacos y las que tienen sobrepeso, pueden ser igualmente vulnerables al calor extremo, agrega el especialista.Un golpe de calor puede darse en cualquier parte. A menudo, estos cuadros se desencadenan al dejar a los perros en el coche durante minutos, incluso con temperaturas de 21 °C, agrega. “Nunca dejes a tu mascota en un auto cerrado sin vigilancia bajo ninguna circunstancia”, enfatiza Arce. Si el aire exterior está a 26.6 °C, la temperatura en un vehículo cerrado alcanzará los 37.7 °C en unos 10 minutos.Cuando las temperaturas son extremas, incluso las actividades habituales pueden provocar un golpe de calor. Durante las olas de calor, Arce recomienda mantener a las mascotas dentro de casa y alejadas de las ventanas.PERROSSus signos de golpe de calor son:Para evitarles un golpe de calor se recomienda:En el caso de las aves, estas pueden esforzarse por separar las alas del cuerpo o empezar a jadear. Aunque muchos reptiles están adaptados al calor, cuando es extremo puede afectarles: sus signos de alerta pueden ser respiración acelerada, jadeo intenso, temblores excesivos y agitación. De hecho, los reptiles pueden desorientarse y confundirse con las temperaturas extremas, incluso, dejan de moverse o pierden el conocimiento.Según Hodges, los veterinarios efectivamente pueden asesorar a los dueños de mascotas para que puedan ayudarlas ante un golpe de calor. Con el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, educar sobre los riesgos que corren las mascotas es más importante que nunca.Con información de National Geographic.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *FF