La fiebre del heno, conocida también como rinitis alérgica estacional, es una condición común que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente durante la primavera y el verano, cuando los niveles de polen en el ambiente aumentan. Aunque no es una enfermedad grave, sus síntomas pueden ser tan molestos que interfieren con la vida diaria, desde interrumpir el sueño hasta dificultar el desempeño en el trabajo o en la escuela.La fiebre del heno es una reacción alérgica del organismo a sustancias presentes en el aire, principalmente el polen de árboles, pastos o flores, pero también puede deberse al polvo, el moho o la caspa de animales. El sistema inmunológico responde a estos elementos como si fueran una amenaza, liberando histamina y otros químicos que provocan los síntomas típicos.Los síntomas pueden variar en intensidad, pero suelen incluir:A diferencia de un resfriado común, la fiebre del heno no es causada por un virus y puede durar mientras la persona esté expuesta al alérgeno.Aunque puede presentarse en cualquier momento del año, la fiebre del heno es más común en primavera y verano, cuando los niveles de polen son más altos. Algunas personas también experimentan síntomas en otoño, dependiendo de la región y del tipo de alérgeno al que son sensibles.Si bien no tiene cura, la fiebre del heno puede controlarse con algunos cuidados y tratamientos médicos. Aquí te compartimos varias estrategias útiles para evitar que esta alergia te arruine el día:Un alergólogo puede realizar pruebas para identificar qué te causa la reacción y recomendar un tratamiento específico, como inmunoterapia o vacunas antialérgicas.Los antihistamínicos ayudan a reducir los síntomas al bloquear la acción de la histamina. Están disponibles en forma de tabletas, aerosoles nasales o gotas oftálmicas. Es importante tomarlos siguiendo la recomendación médica.El polen puede adherirse a las sábanas, cortinas o almohadas. Lávalas con regularidad en agua caliente para minimizar la exposición.Existen sitios y apps que te informan sobre los niveles de polen por zona. Si están altos, limita tus actividades al aire libre, especialmente entre las 5 y las 10 de la mañana, cuando el conteo suele ser mayor.Si los síntomas persisten, empeoran o interfieren significativamente con tus actividades diarias, es importante acudir al médico. En algunos casos, puede confundirse con otras afecciones respiratorias, como el asma, y recibir un tratamiento adecuado es clave.La fiebre del heno puede ser una molestia persistente durante ciertas épocas del año, pero con medidas preventivas y tratamiento adecuado es posible llevar una vida normal. Conocer tus desencadenantes y tomar precauciones puede marcar la diferencia entre un día productivo y uno lleno de estornudos y malestar.BB