La sal es un condimento fundamental en la cocina, sin embargo, la realidad es que diversas instituciones de salud advierten que su consumo debe ser moderado para evitar mayores afectaciones.Uno de los efectos del consumo desmedido de este ingrediente es la hipertensión arterial, una enfermedad crónica en la que la presión arterial es demasiado alta de forma constante.Aunque todas las personas deben cuidar la cantidad de sal que comen al día, hay ciertos grupos de pacientes que deben tomar mayores precauciones en su ingesta, por ejemplo, aquellos que padecen diabetes, enfermedades renales y enfermedades cardiovasculares.En este contexto, aquí te presentamos una alternativa para sustituirla.La sal se encuentra presente en muchos platillos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo no mayor de los 5 g al día para adultos, mientras que en los infantes se debe evitar.De acuerdo con información de la Asociación Americana del Corazón, esta recomendación surge por los componentes principales de la sal: el sodio y el cloruro. Aunque ambos contribuyen al control de los fluidos corporales y al buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular, su ingesta desmedida puede provocar hipertensión arterial, factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares.Además, advierte que el uso de diferentes tipos de sal de mesa (como la marina, refinada, kosher o Himalaya) no modifican los límites recomendados y que se consideran seguros.Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que una dieta alta en sal incrementa el riesgo de padecer cáncer de estómago, empeora el asma, provoca osteoporosis, cálculos renales e insuficiencia renal.Por lo anterior, como parte de las acciones para reducir el consumo de sal, se recomienda disminuir el consumo de botanas saladas, evitar colocar saleros en la mesa, no agregar sal durante la preparación de los alimentos y, sobre todo, buscar sustitutos saludables.Puede resultar difícil eliminar la sal en nuestras recetas, especialmente cuando estamos acostumbrados al sabor. No obstante, existen alternativas saludables, como las hierbas y especias, que permiten mantener el buen sazón en los guisados.Una de esas alternativas es el ajo; estrechamente relacionada con la cebolla, dicha planta se ha utilizado desde la antigüedad dentro de la medicina tradicional y la cocina.Como sustituto de la sal, aporta un toque picante y aromático, al mismo tiempo que intensifica el sabor de los alimentos.Al respecto, el sitio especializado Healthline señala que es posible integrarlo a salsas de tomate, adobos y sopas, sin perder sabor. Aunque no es su única ventaja.Tal como lo indica un artículo del sitio Medical News Today, el ajo contiene propiedades antibióticas. Al ser picado o triturado, libera alicina (compuesto que ayuda a combatir infecciones bacterianas).También contribuye a reducir el colesterol "malo" (LDL), lo que favorece la salud cardiovascular. Otros beneficios del ajo son:Incorporar ajo en tu alimentación diaria no solo mejora el sabor de tus comidas, sino que contribuye a una dieta más saludable, lejos de los excesos del sodio.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *MB