En el mundo del fitness, una de las expresiones más escuchadas es “entrenar hasta el fallo”, pero no siempre queda claro qué implica ni cuál es la forma correcta de aplicarlo. Aunque puede ser una técnica útil para ganar fuerza y masa muscular, requiere precauciones para evitar lesiones y aprovechar al máximo sus beneficios.“Entrenar al fallo” significa realizar un ejercicio hasta que los músculos no puedan completar otra repetición con buena técnica. En otras palabras, es el punto en el que la fatiga muscular es tan alta que el cuerpo no logra vencer la resistencia, ya sea con pesas, bandas elásticas o incluso con el propio peso corporal.Por ejemplo, si en una serie de press de banca logras levantar la barra diez veces, pero al intentar la número once ya no puedes hacerlo correctamente, entonces llegaste al fallo muscular.Aunque es una técnica efectiva, no es recomendable usarla en todas las series ni todos los días. Entrenar hasta el fallo genera mucho estrés muscular y nervioso, lo que aumenta el riesgo de lesiones y puede llevar al sobreentrenamiento.Además, realizar esta práctica sin supervisión en ejercicios como sentadillas o press de banca puede ser peligroso si no se cuenta con un compañero o un sistema de seguridad.Úsalo con moderación: lo ideal es aplicarlo en la última serie de un ejercicio, no en todas.Entrenar hasta el fallo puede ser una herramienta poderosa para progresar en el gimnasio, siempre y cuando se utilice de manera estratégica. No se trata de llegar al límite en cada serie, sino de incorporarlo de forma inteligente dentro de un plan de entrenamiento equilibrado.BB