Existe una estrecha relación entre el tipo de aceite utilizado y su resistencia al calor. Acorde a la página española especializada en venta de aceites casalbert, elegir el aceite adecuado no solo influye en el sabor y la textura de los alimentos, sino también en su impacto en la salud. El aceite, al igual que cualquier otro líquido, tiene una temperatura específica a la que comienza a evaporarse, conocida como punto de humo. Cuando el aceite alcanza esta temperatura en una sartén o cacerola, empieza a liberar gases, lo que indica que está comenzando a degradarse rápidamente. La exposición a temperaturas demasiado altas puede alterar la estructura molecular del aceite, generando compuestos potencialmente nocivos para la salud. Por este motivo, es fundamental seleccionar aceites con un punto de humo elevado para freír, ya que esto permite un mejor control de la cocción y reduce la formación de sustancias dañinas. No todos los aceites son aptos para freír, ya que su composición química varía. En términos generales, se pueden clasificar en dos grandes grupos: Freír es un proceso que somete al aceite a condiciones extremas, lo que puede acelerar su oxidación y la producción de sustancias perjudiciales. Un calentamiento excesivo o la reutilización prolongada del aceite intensifican estos efectos. Por ello, es recomendable optar por aceites con alta estabilidad térmica, sobre todo cuando se usan varias veces, como en freidoras industriales o domésticas. En conclusión, para obtener frituras crujientes y saludables, es crucial elegir aceites con bajo contenido de ácidos grasos poliinsaturados y alta resistencia térmica. De este modo, se minimiza la producción de sustancias dañinas y se optimiza el sabor y la calidad de los alimentos.Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO