Desde hace tiempo se sabía que Bentley ya se preparaba para el cese en la producción del Mulsanne, no hay fecha que no se cumpla y el momento por fin llegó para despedir a uno de los modelos más importantes para la marca inglesa a lo largo de 11 años.El último ejemplar en rodar fuera de las líneas de ensamble de la armadora en Crewe, Reino Unido, tiene como destino final el mercado de los Estados Unidos, país de donde proviene el último pedido recibido por la marca por una de estas unidades.Este fue el último de 30 ejemplares bajo el emblema de “6.75 Edition by Mulliner” una edición especial limitada que culminó con este modelo Rose Gold y un tono “tungsteno”, que añade el tratamiento especial de despedida que incluye más ornamentaciones cromadas, controles de ventilación con un diseño similar a la tapa del aceite y una serie de medidores especiales, entre otros detalles.Pero no solo el fin del Mulsanne llegó, pues también la marca anuncia la salida de su icónico motor denominado 6.75, que remonta sus orígenes a hace 41 años, donde el V8 comenzaba su vida con unos modestos 180 caballos de fuerza.La evolución de este motor fue tal que en el modelo saliente ya entrega 530 caballos de fuerza, pero nuevas tecnologías y fuentes de poder están en camino, por lo que este propulsor de doble bancada también se tuvo que ir del panorama de la marca de lujo.En total Bentley logró vender cerca de siete mil 300 unidades del Mulsanne desde su lanzamiento en el 2009, donde a lo largo del tiempo logró diversos cambios, entre ellos la llegada de la variante Speed que agregó el V8 con 811 libras-pie de par.De ahora en adelante el Bentley Flying Spur tomará el lugar del Mulsanne como el buque insignia de la marca, pues será el modelo de mayor importancia en la alineación de la firma inglesa de lujo.
