El pasado 5 de noviembre, un partido de futbol de la Primera División de Irlanda tuvo que ser suspendido alrededor de ocho minutos después que, en medio de una lluvia de fuegos artificiales, un petardo le explotó cerca a un jugador.El encuentro entre el Waterford y el Shamrock Rovers se detuvo cuando aficionados lanzaron los cohetes en el campo de juego y uno de estos impactó sobre el jugador Anthony Worsdworth, del equipo local, quien ante la conmoción se dejó caer al césped del campo y fue asistido por sus compañeros.El Waterford se había puesto en ventaja antes del hecho, ocurrido al minuto 16. Cuando Worsdworth quedó aturdido, el árbitro Rob Hennessy decidió sacar a ambos conjuntos del campo, y no regresaron hasta que se tuvieron las condiciones de seguridad para seguir disputándolo.El juego se reanudó después de ocho minutos."El Shamrock Rovers F.C. condena inequívocamente las acciones de dos ‘supuestos seguidores’ cuyas acciones causaron interrupciones en el partido de liga de anoche en el RSC en Waterford", dijo un día después el equipo en un comunicado. Sus aficionados fueron responsables del incidente.Se informó que Anthony Worsdworth resultó ileso tras la explosión.También dio a conocer que los responsables fueron arrestados por la policía irlandesa, conocida como Gardai. "El club cooperará plenamente en cualquier asunto de seguimiento y también emitirá prohibiciones indefinidas de asistir al estadio de Tallaght a las personas interesadas".Al final, el partido terminó con marcador de 3-1 a favor de los Rovers.OF
