El Estadio Jalisco volvió a vestir sus mejores galas para recibir una edición más del Clásico Tapatío, aunque en esta ocasión el Coloso de la calzada Independencia no presentó un lleno en sus tribunas, contrario a lo que había ocurrido en los últimos encuentros entre Zorros y Chivas.La asistencia oficial para este partido fue de 37 mil 921 aficionados, quienes sufrieron y gozaron con la pasión que solo un encuentro de esta magnitud puede generar en la afición jalisciense. Poco importó que las tribunas no estuvieran atiborradas, ya que el inmueble de mayor tradición deportiva en la ciudad se convirtió en un auténtico volcán a punto de hacer erupción con el escándalo generado por ambas aficiones.La Barra 51, el grupo de animación de los rojinegros, le puso color al graderío, ya que a la salida de los equipos, hizo ondear cientos de banderas, además de desplegar lienzos de tela con los colores rojo y negro por toda la cabecera inferior de la zona norte.Por su parte, La Irreverente, barra del Rebaño, se ubicó en la zona sur y con camisetas en mano hizo lo propio para alentar a los suyos, convirtiendo las tribunas en una verdadera batalla de cánticos, ya que en ocasiones retumbaba el clamor de La Fiel y en otras era el "Dale Rebaño" el grito que hacía vibrar al Jalisco. La lluvia hizo acto de presencia apenas comenzó el encuentro, pero esto no mermó el ánimo de los aficionados, quienes buscaron donde resguardarse del agua, sin dejar de mirar el accionar en la cancha.Al final, el inmueble tapatío hizo erupción, el grito de gol resonó en todo el recinto. Orbelín Pineda hizo que los rojiblancos festejaran, dio el triunfo a los doce veces campeones del futbol nacional y prolongó la agonía de los alicaídos rojinegros. Unidos contra la violenciaAntes de comenzar el partido en el Jalisco, justo cuando se soltó el aguacero, los jugadores de Atlas y Chivas se entrelazaron para la foto oficial, con una pancarta con la leyenda “Clásico por la paz”. Ya a la hora del partido, se jugó fuerte, pero con honestidad. Al finalizar el encuentro, varios elementos del Rebaño consolaron a algunos rojinegros.
