Ni las dos ocasiones en las que el árbitro central detuvo el partido del viernes entre Atlas y Puebla, ni tampoco los llamados de atención desde el sonido local del estadio Jalisco sirvieron para que los aficionados rojinegros dejaran de manifestarse con el grito homofóbico en los despejes del guardameta poblano, Nicolás Vikonis. Ahora el caso fue turnado a la Comisión Disciplinaria y la directiva de los Zorros está dispuesta a acatar la sanción que sea determinada por la Federación, así lo comentó el Presidente Deportivo de Atlas, Pedro Portilla.“Desafortunadamente pues sí quedamos expuestos, me parece que esto todo mundo lo tenemos muy claro. Los equipos y las aficiones tienen muy claro que esto se ha catalogado como un grito homofóbico que las reglas y los reglamentos lo prohíben, y aun así pues se sigue insistiendo en esto. Ahora tenemos que acatar lo que se decida”.De acuerdo con el protocolo dictaminado por la FIFA para erradicar el grito homofóbico en el futbol mexicano, y el cual entró en vigor en la Liga MX desde la Jornada 15 del Torneo Apertura 2019, la escuadra de casa podría ser sancionada con un veto del estadio en su próximo compromiso o sanciones económicas.