“Lágrimas de agua dulce” llega a su segunda temporada este abril, en el Estudio Diana. Además de la primera temporada en febrero en el mismo sitio, la compañía 4to Studio presentó la obra en el Día Internacional del Teatro, dentro del maratón para teatro enfocado en público joven e infantil.“Nos presentamos en el Teatro Alarife Martín Casillas, fue un evento muy bonito: hubo teatro para bebés, después estuvimos nosotros, luego otra presentación para niños y otra para adolescentes. Hubo cursos y talleres”, comentó Julia Testa, directora.“Lágrimas de agua dulce” es un unipersonal, con un cruce entre los títeres y el teatro objeto. La adaptación surgió con la lectura del texto original: “Me enamoré del texto, del dramaturgo Jaime Chabaud: empecé a buscar un lenguaje propio, un concepto que se pudiera identificar con los niños, fundamentalmente con los que están en la etapa escolar”.La actriz que encarna a la cuentacuentos es Andrea Belén Sánchez. El personaje de la cuentacuentos no está en la versión original, fue una creación de ambas para hilvanar la historia de manera teatral: “Quise hacer más ameno el discurso: es una cuentacuentos viajera, que va de pueblo en pueblo contándolos”.En la preproducción de “Lágrimas de agua dulce” la directora experimentó para decidir el tipo de obra que quería, hasta que se decidió por la creación de un libro de gran formato: “Terminé influenciada por el material de los libros y de los cuentos: es algo con lo que muchos niños siempre están en contacto. Y esa fascinación mía con los libros me dio el lenguaje de la puesta en escena”.Por las dimensiones, la puesta en escena está pensada para espacios pequeños: “Es parte de lo que busco, no buscamos la masividad: se trata del contacto con el niño, el acercamiento visual”. La obra tiene música original de Esteban Román: “Cada acción está ligada a una propuesta musical: Cada personaje tiene su instrumento”, afirmó la directora.
