Santiago y Juan se acercan a Jesús pidiéndole que les concediera sentarse uno a su izquierda otro a su derecha, cuando estuvieran en su presencia.Esta petición simboliza cuánto es el deseo de estos hermanos por tener el privilegio de estar al lado de Jesús, pero lo que ellos no comprenden es cuál es el tipo de Reino que Jesús piensa instaurar, ya que solo piensan en el poder y gloria que existe en la tierra.Después de que los hermanos le hacen esa petición, Jesús les respondió que no sabían lo que pedían; planteándoles o haciendo referencia si ellos estaban dispuestos a pasar por lo que él pasara refiriéndose a su sufrimiento y muerte. Aunque ellos respondieran que sí, es claro que el poder decidir si se puede otorgar ese lugar es algo que Jesús no puede conceder porque esa decisión es de su Padre.Algo importante de destacar será la reacción que tuvieron los discípulos al escuchar la petición de Santiago y Juan.Jesús aprovechándose de este incidente, tiene la oportunidad para enseñarles que, en el reino de los cielos, el liderazgo no es como lo concibe el mundo terrenal (poder, opresión y dominación) si no que, por el contrario, este reino demuestra que el que quiera ser primero que sea “esclavo de todos”, reflejando el poder del servicio y la entrega desinteresada.Jesús concluye que él no viene a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate nuestro, la cruz, será la hermosa prueba de ello.“El poder no se mide por la posición u honor sino, por el contrario, por la capacidad y sacrificio en el servicio hacia los demás”. Primera Lectura: Is 53, 10-11. “El siervo del Señor hizo de su vida un sacrificio”.Segunda Lectura: Hb 4, 14-16. “Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia”.Evangelio: Mc 10, 35-45. “El Hijo del hombre ha venido a dar la vida por la redención de todos”. CT
