Hablar de Mario Bellatin es hablar de uno de los autores más particulares de la literatura mexicana hoy en día. Su trabajo siempre se ha caracterizado por ir más allá del papel y encontrar maneras de interactuar con la realidad mediante otras manifestaciones artísticas o con la utilización de elementos verídicos como él mismo. La situación no fue muy diferente en la presentación de Carta de los ciegos para uso de los que ven. Acompañado por el ganador del Premio Alfaguara 2017 Ray Loriga y Julio Trujillo, director editorial del sello con el mismo nombre, Bellatin (o "el hombre antes llamado Prince", como se refirió a sí mismo cuando se le preguntó por la forma correcta de pronunciar su apellido) conversó acerca de los temas presentes en su última publicación. El autor afirma estar harto de que "se hable de la escritura como medio de salvación. De tanto escucharlo se vuelve trillado y romántico." A pesar de esto, la escritura como un recurso para sobrevivir es un tema en su novela, la cual trata sobre dos hermanos ciegos y sordos internados en una institución psiquiátrica que solo pueden comunicarse mediante un extraño sistema electrónico, los cuales son asediados por una jauría de perros por las noches. El conjunto de estas situaciones hace que ambos habiten en un mundo que parece inverosímil.A pesar de lo irreal que pudiera parecer esta historia, Bellatin afirma que, más que una ficción, es una crónica, pues los dos hermanos y el lugar en donde viven son reales, al menos hasta cierto punto.No se puede saber a ciencia cierta hasta qué punto las afirmaciones del escritor son auténticas o son parte de su intención llevar a la ficción más allá de sus límites, tal como la hecho en otras ocasiones. Incluso llega a afirmar que tiene fotos "confidenciales" de los dos hermanos que protagonizan su novela. Su sonrisa parece alimentar la sospecha de cualquiera que lo escuche. En algún momento de la conferencia menciona que, una vez escrito el libro, le sorprendió encontrar una nota en internet en que se mencionan elementos presentes en su obra. Resulta incluso más sorprendente comprobar que, en efecto, dicha nota existe.
