Lunes, 14 de Julio 2025

"Ida y vuelta": Ernesto Flores celebra 50 años de arte con una exposición en el MUSA

La muestra reúne más de 40 obras del artista jalisciense, desde pintura hasta autorretrato

Por: Fausto Salcedo

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

La exposición podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025. EL INFORMADOR/H.FIGUEROA

Ernesto Flores, maestro de la luminiscencia, nahual de las luces y las sombras, avizor de los ritos antiguos que siguen hablando por medio de la sangre, celebra medio siglo de trayectoria artística e inquietudes plásticas con la exposición "Ida y vuelta", una selección de obras quiméricas, fluorescentes, de rostros que se diluyen y se mezclan los unos con los otros, dualidades de figuras humanas y animales, que recorre tres décadas de producción creativa, y que se exhibirán en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA.) Esta antología, como una noche estrellada en la sierra, gemido de las hojas y aullido de coyote, coincide con su 70 aniversario de vida, convirtiéndose en un homenaje a su carrera y a su vínculo con este espacio artístico emblemático de la ciudad.

La muestra reúne más de 40 obras del artista jalisciense, desde pintura, escultura, dibujo y autorretrato, incluyendo piezas realizadas en los años que estuvo en Madrid intentando encontrar respuestas a las inquietudes de la sangre, en los ecos del pasado. Esculturas mitológicas, imaginarios prehispánicos, y autorretratos chamánicos que reflejan su evolución artística y personal, y sobre todo, un panorama muy íntimo a esa otra mirada que aguarda tras lo cotidiano, inaccesible para muchos, que al muestro le fue dada a ver. Entre las obras que los tapatíos podrán disfrutar a partir del 11 de julio, se encuentran todo tipo de creaciones en las que se abre un universo simbólico donde lo humano se fusiona con lo animal y lo fantástico.

"Con esta exposición estamos festejando que este año cumplo 50 años de trayectoria", cuenta el maestro Ernesto Flores, en conversación con EL INFORMADOR. "La exposición ‘Ida y vuelta’, que es una antología de tres décadas de trabajo, lo cual también coincide, justamente, cuando abrieron el MUSA, que fue en 1994. La obra que presento es desde esa fecha, hasta ese momento. Se llama ‘Ida y vuelta’, porque parte de las piezas que trabajé de cuando estuve viviendo en España, y también lo que trabajé a mi regreso. Hay unas piezas incluso del año pasado. Son tres décadas, tres salas de exposición, y curiosamente  estará expuesta tres meses, hasta el 19 de octubre.”

Una constante en la obra de Ernesto Flores es la exploración de la dualidad, entendida como una fuerza natural que equilibra los opuestos, desde el día y la noche, las luces y las sombras, lo tangible y lo intangible, plasmadas a través de seres humanos con dos rostros, mitad animales, animales-humanos, coyotes, jaguares y venados, manos que brotan de las mismas manos como racimos de carne, figuras caminando en los límites de la consciencia y de la noche, el ser que es a la vez otro, la consciencia del peyote, los ritos del chamán. Toda esa dualidad y exploración resultante de la pregunta, siempre irresoluta, de quién es él mismo. 

"Para mí, la dualidad parte del sentido común de la naturaleza. En la naturaleza siempre persiste la dualidad. Frío y calor, luz y oscuridad, arriba y abajo, todos los opuestos que al final de cuentas se complementan, pues es una sola cosa", cuenta el maestro. "No pueden existir sin la otra, y ese es el sentido que tiene mi obra, que fui descubriendo a través de los años. Pintar esas constantes que me surgían de manera no racional ni predecible, pero que fui encontrando, y a la vez es una manera de descubrirme a mí mismo. Que eso nunca acaba de saberlo uno, pero lo voy descubriendo a través de lo que va surgiendo, de lo que soy sin saber."

La luz que siempre está, pero que no todos podemos ver

En "Ida y vuelta", que está compuesta de tres salas, el visitante se adentrará en uno de los cuartos más fascinantes, en el cual encontrará pinturas con tonalidades fluorescentes, una técnica que, si bien Flores ha retomado recientemente y que forma parte de su historia personal y estética, no es más que un juego con la luz que siempre está ahí, pero que no todos podemos ver. Una luz que la naturaleza emite por sí misma, por su propia magia interna, presente en el fondo de los mares y en la noche de los desiertos, en ciertos animales e insectos: la luminiscencia, lo bioluminiscente, la luz que responde a cierta luz. Una luz a la que el maestro pudo acceder -y ver- por medio de experiencias chamánicas. 

"Esa luz está en la naturaleza. Esa fluorescencia existe, no la inventó el humano. Yo, como artista visual, el color lo veo de una manera que nunca lo había visto, y no era una alucinación, sino que ves el mundo con una realidad más profunda a la que no estás acostumbrado", cuenta Ernesto Flores. "Cuando la gente me pregunta, ¿pintaste eso con colores fluorescentes?, yo respondo que no, que son colores naturales. Hace poco volví a retomar esta técnica, y se me antojó traer algo aquí en el museo, que tiene que ver algo con mis inicios –a mí me tocó la época de la psicodelia, cuando estos colores eran muy comunes– y con lo que he estado haciendo recientemente". 

Ernesto Flores también explora en su obra el origen prehispánico, una búsqueda que lo llevó incluso a vivir en Europa durante más de 15 años: "Los temas prehispánicos los he tenido siempre. Siempre tuve una atracción muy fuerte hacia nuestro origen. Como mexicanos, aunque seamos mestizos, tenemos gran parte de dos o más culturas. Y me nació ese interés de entender más de dónde venimos, por eso estuve allá en Europa, porque necesitaba entender esa otra parte que tenemos". 

Ernesto Flores en el MUSA: Una exposición pendiente 

La conexión entre Ernesto Flores y la Universidad de Guadalajara es profunda. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas y, años más tarde, una de sus obras fue incorporada a la colección fundacional del MUSA en 1994. Ahora, vuelve a ese mismo espacio con una muestra que lo revela tanto como artista consolidado como ser humano en búsqueda constante de sí mismo.

"Me siento muy agradecido con todo el equipo del MUSA, este era mi lugar preferido para exponer en Guadalajara, y lo sigue siendo", aseguró el maestro.  "Me da mucho gusto exponer aquí, ya tenía muchas ganas, estuve esperando a que me aceptaran mi proyecto, y qué bueno que surgió justamente ahora que cumplo 50 años de trayectoria". 

"Ida y vuelta" cuenta con el respaldo de la University of Guadalajara Foundation USA y el Legado Grodman, y podrá visitarse en el MUSA hasta el 19 de octubre de 2025.

YC

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