La galería Sala Silenciosa, ha tejido una historia particular dentro del panorama artístico tapatío. Desde su fundación en 2021, este espacio ha albergado exposiciones individuales de artistas emergentes y consolidados, convirtiéndose en un punto de encuentro para la creación, la contemplación y el diálogo.Ahora, en el marco de su cuarto aniversario, la galería presenta 'Archivo Silencioso', su primera exposición colectiva, que reúne por primera vez a los 16 artistas que han formado parte de su historia. La muestra se inaugura el jueves 29 de mayo a las 8:00 p.m.Más allá de una celebración, esta exposición representa una mirada retrospectiva y afectiva a lo que Sala Silenciosa ha logrado en apenas cuatro años, ser una galería que nació casi a contracorriente y que hoy es una pieza fundamental del tejido cultural en Guadalajara"Lo defino como surreal", dice para EL INFORMADOR María José Ochoa, fundadora y directora de la galería, al reflexionar sobre este recorrido. "Hay veces que sigo pensando que estoy en mi primer año. Obviamente he aprendido muchísimo, sigo aprendiendo constantemente, hay miles de artistas nuevos todo el tiempo. Siento que no llevo tanto y que no he hecho tanto, me falta por hacer mucho",Ochoa no se considera a sí misma una gestora cultural tradicional. Aunque mantiene un espacio dedicado a difundir arte contemporáneo, asegura que su papel ha sido más el de un eslabón que el de una figura central en la promoción artística."No soy quien hace toda la cadena, pero sí participo. Estos años han sido difíciles porque cada persona es un mundo. Pero también he conocido personas increíbles. El trabajar con los artistas y conocerlos a profundidad ha sido de lo más gratificante".La historia de Sala Silenciosa comienza, de alguna manera, antes de su apertura oficial. En 2019, Ochoa organizó una subasta de arte que sembró la semilla del proyecto. La pandemia interrumpió cualquier plan inmediato, pero fue en 2021 cuando el espacio abrió sus puertas formalmente, aunque no sin dudas."La verdad es que la abrí un poco en contra de mi voluntad", confiesa. "Tenía la sensación de que abrir una galería en la actualidad se me hacía del siglo pasado. Hoy en día la gente se mete a Instagram para conocer la obra de un artista. Yo no encontraba la necesidad de una galería en Guadalajara".Sin embargo, tras escuchar a varias voces expertas del ámbito artístico, Ochoa decidió dar el salto. "Todos me dijeron que tenía que hacerlo, que debía hacerlo, que era lo que se necesitaba en Guadalajara. Y tenían razón. En ese momento sí era una necesidad".Desde entonces, el panorama ha cambiado. Hoy existen muchas más galerías en la ciudad, lo cual Ochoa celebra. "No las siento como competencia. Siento que ayudan a reforzar el mercado, a que la gente lo vea más, a que haya más opciones. Antes parecía que si no ibas a comprar no podías entrar a una galería. Ahora se está normalizando simplemente ir a ver, a conectar con el arte. Eso es lo que queremos, que la gente se conecte, no sólo vender".Parte del encanto y del carácter especial de Sala Silenciosa tiene que ver con su sede ya que es un inmueble que en algún momento fue el lugar de trabajo de José Clemente Orozco. Ese vínculo histórico, lejos de ser anecdótico, pesa."Es un gusto haber logrado que este espacio se siga usando para lo que se hizo", afirma. "Se construyó para la pintura y hasta la fecha se sigue usando para eso. Los artistas sienten una gran presión por exponer aquí. Algunos incluso sueñan con Orozco antes de montar su exposición. Es un peso muy grande, pero también muy motivador".Con 'Archivo Silencioso', la galería rinde homenaje a su propia comunidad artística. La exposición colectiva reúne obras de Antonio Ramírez, Víctor Hugo Pérez, Shuta Ruelas, Enrique Oroz, José Fors, DOMI, Indira Castellón, Juan Carlos Macías, JIS, Daniel Lezama, Juan Barragán, Ana Luisa Rébora, Davis Birks, Yair Sikorski, Carlos Vargas Pons y Rocío Sáenz. Todos ellos han tenido exhibiciones individuales en el espacio, y ahora sus obras dialogan entre sí en una curaduría que celebra la diversidad formal y conceptual."Estoy muy emocionada porque es la primera colectiva", cuenta Ochoa. "Los artistas se tomaron muy en serio la convocatoria, todos entregaron sus obras en tiempo y forma. Fue una logística distinta, pero todos cooperaron perfectamente. Todo funcionó muy bien, sinceramente".El principio fundamental de Sala Silenciosa es la calidad. "No necesariamente buscamos un tipo específico de artista. Hemos hecho exposiciones conceptuales, abstractas, superfigurativas… Lo que importa es que sea un proyecto sólido, con una obra de calidad y un artista que se dedique en serio a esto". YC