México

Atlas, el libro de primaria que NO cabía en la mochila

Con el paso de los años, han surgido diferentes generaciones de libros de texto gratuito de la SEP. En la actualidad, los más populares y recordados son los de la Generación 1993

A lo largo de varias décadas, los libros de texto gratuito que entrega la SEP han acompañado a generaciones enteras de estudiantes mexicanos. En cada época, estos libros han tenido diferentes contenidos y diseños. Probablemente, según los comentarios en redes sociales, los más icónicos son los de los años noventa, caracterizados por sus bellos colores según el grado de los alumnos, así como las pinturas que ocupaban un espacio de sus portadas: todos estos recogían obras maestras de los grandes exponentes de este arte en nuestro país como Rufino Tamayo, Remedios Varos, José María Velasco, entre otros.

Uno de los títulos más icónicos de esta tirada de los noventa fue el Atlas de México, ¿lo recuerdas?

Los libros de texto gratuito de la SEP

En 1959, el presidente Adolfo López Mateos creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), la cual desde entonces funciona como un organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Según explica la propia secretaría, fue durante este gobierno, junto con el entonces secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, que se entregó la primera generación de libros en el año 1960.

La Conaliteg se ha encargado de editar, imprimir y distribuir entre todos los estudiantes de nivel primaria del país, libros gratuitos para su formación. Los textos corresponden a diferentes materias y grados escolares; además, cada cierto tiempo son renovados para actualizarse en diferentes ámbitos educativos y pedagógicos.

Los libros de los años 90

Con el paso de los años, han surgido diferentes generaciones de libros de texto gratuito. En la actualidad, los más populares y recordados son los de la Generación 1993, como ya mencionamos antes. Y es que esta agrupación de tomos llamaban la atención inevitablemente por sus portadas, pero sobre todo por sus diferentes tamaños. Estos ejemplares poseían una rica paleta de colores para distinguir los grados a los que iban destinados; los tomos causaban una honda impresión en los niños, y era común que quienes comenzaban a formarse como lectores esperaran ansiosos a que se les entregan para olerlos y llevarlos con gusto a casa en la mochila. Particularmente, los de Lecturas han sido recordados con cariño por los añorables cuentos, crónicas y narraciones que tenían. Además, todos iban acompañados de bellas ilustraciones de diferentes autores.

Por si fuera poco, el gran atractivo de estos textos recaía también en sus portadas. Todas ellas consistían en grandes pinturas de México: desde las de la época virreinal, hasta de las de renombrados artistas, como Remedios Varo o José María Velasco. Entre los títulos ofrecidos, había uno que destacaba por sus enormes dimensiones: los atlas de Geografía.

El Atlas, un librote que no cabía en la mochila

En la Generación 1993 de los libros de texto gratuito había dos enormes atlas, correspondientes a la materia de Geografía. El de quinto grado era el Atlas de Geografía Universal, mientras que el de cuarto era el Atlas de México. Ambos libros podían ser estorbosos, ya que sus grandes dimensiones dificultaban llevarlo en la mochila. Sin embargo, eran muy útiles como compendios geográficos y estadísticos. Con mapas, tablas y demás elementos gráficos, brindaba importante información sobre el territorio nacional y otras naciones de los diferentes continentes.

Estos libros casi siempre se quedaban en casa: los profesores a veces elegían asignarlos solo para consulta de tareas y temas de investigación en esos primeros años de educación básica.

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