Crecen las inhumaciones de cuerpos sin identificar en panteones de Jalisco
El aumento de cuerpos en cementerios municipales y forenses está relacionado con la violencia en la región.
El número de inhumaciones de personas fallecidas sin identificar en los panteones municipales de Jalisco continúa en aumento, según reportes recientes del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF). El 6 de diciembre, ocho cuerpos fueron inhumados en el panteón Guadalajara, sumándose a los mil 848 cadáveres no identificados que ya se encuentran bajo resguardo en panteones municipales del estado.
De acuerdo con los datos proporcionados por el IJCF a través de transparencia, los cuerpos se encuentran distribuidos en el panteón Guadalajara (mil 049), panteón El Salto (517), panteón Mezquitán (219) y panteón Paraíso Eterno (63). Axel Rivera, director del IJCF, explicó que estos restos fueron inhumados por el Ministerio Público tras concluir con las indagatorias correspondientes, pero no fueron reclamados por familiares.
“Una vez completado su archivo básico de identificación forense, no hubo una familia con la que diera compatibilidad y por eso se inhuma y se le da su destino final, que es la forma digna que existe”, declaró Rivera. Los cuerpos se colocan en gavetas individuales para garantizar un trato respetuoso y digno.
Además de los casos no reclamados por familiares, se realizan inhumaciones de personas identificadas sin recursos económicos, bajo la supervisión del Estado. Este proceso se ha vuelto más complejo, según Jonathan Ávila, integrante del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD), debido a que la exhumación de restos requiere órdenes judiciales y análisis posteriores.
“Se necesita una solicitud directa al Ministerio Público, y este tendría que acudir a un juez de control para autorizar la exhumación de un cuerpo con fines de volver a registrarlo, hacer análisis de identificación y corroborar si se trata de la misma persona”, explicó Ávila. El especialista destacó que, aunque los cuerpos pueden permanecer en las gavetas mientras se realiza su identificación, hace falta apoyo institucional para agilizar estos procedimientos.
En 2022 se realizó un proceso masivo de exhumación en el Panteón de Coyula, Tonalá, donde se extrajeron 262 cuerpos. Algunos ya fueron identificados y entregados a sus familiares. Denisse Ayala, académica de la Universidad de Guadalajara, señaló que el aumento de cuerpos en panteones municipales y forenses está relacionado con la violencia en la región. La especialista considera que implementar un enfoque masivo de identificación podría ayudar a restituir la identidad de las personas y brindar certeza a las familias.
Además de los cuerpos en panteones municipales, el IJCF tiene resguardados más de cinco mil restos de personas no identificadas en sus instalaciones, de los cuales al menos 355 son de larga data, es decir, permanecen más de cinco años y en algunos casos entre 11 y 14 años, convirtiéndose en osamentas. Estos cuerpos tienen mayor probabilidad de ser inhumados en panteones forenses si no son reclamados.
Entre 2018 y 2025, el IJCF, en colaboración con el INE, identificó mil 159 cuerpos mediante lofoscopia, comparando huellas dactilares de personas fallecidas sin identificar con registros electorales. Esta técnica permite generar dictámenes precisos y enviar información a la Fiscalía y a la Comisión de Búsqueda, facilitando la restitución de identidad y fortaleciendo los esfuerzos para reducir el rezago forense en Jalisco.
Para enfrentar esta situación, la secretaria de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, Edna Montoya, junto con Axel Rivera, confirmaron que se buscarán nuevos espacios en panteones municipales para más inhumaciones. Se estima habilitar mil 600 espacios adicionales entre los panteones de Zapopan y Ocotlán. En Guadalajara, donde se concentra el mayor número de cuerpos, se planea reordenar los espacios existentes para dar cabida a los que lo requieran.
“Estamos buscando 800 espacios en Zapopan y otros 800 en Ocotlán. Con Guadalajara, donde tenemos más cuerpos, vamos a empezar a reducir los que ya están dosificados y darles un lugar bajo resguardo”, detalló Rivera.
Los cuerpos que cumplan más de seis años inhumados, en el caso de adultos, podrían ser exhumados para ser trasladados a otros espacios tipo osarios, garantizando así su preservación y tratamiento digno. El proceso inicia con la actualización del archivo básico de identificación humana y la toma de muestras genéticas para cotejos con información de familiares. En caso de no ser reclamados, los restos son presentados ante la Comisión de Inhumación y destinados a gavetas en panteones municipales, garantizando su tratamiento respetuoso.
El aumento de inhumaciones refleja la necesidad de generar más espacios y fortalecer los procesos de identificación, buscando equilibrar la preservación digna de los cuerpos y la atención a familiares que buscan recuperar la memoria de sus seres queridos.