Tapatíos elevan plegarias por el Papa León XIV

En cuanto el nombre de León XIV se anunció desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el eco llegó hasta el corazón de Guadalajara. A pesar de la distancia, las campanas de la Catedral resonaron como si se tratara de una celebración propia. Sin convocatoria oficial ni evento masivo, los fieles comenzaron a llegar, uno a uno, con la noticia fresca y el alma despierta, listos para orar por el nuevo líder de la Iglesia católica: Robert Prevost, el primer Papa originario de América del Norte, nacido en Chicago y con ciudadanía también peruana.

Para Imelda, el anuncio la encontró justo saliendo de una cita médica en el Hospital de Cancerología, en la zona de Fray Antonio Alcalde. Su hija, que la acompañaba, fue quien le dio la noticia. Entre llanto, risa y sorpresa, caminaron hasta la Catedral para unirse a la misa. La emoción de Imelda no solo era espiritual, sino profundamente personal: dentro de una semana viajará por primera vez al Vaticano con su nieto, un sueño que durante años él le prometió cumplir. "Tuve la oportunidad de conocer a Juan Pablo II en la Ciudad de México, y ahora me emociona pensar que podré estar cerca de este nuevo Papa", dijo con los ojos brillosos.

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Para ella, el Pontífice representa más que una figura religiosa. "Será nuestro guía", dijo con ternura. Imelda contó que hace ocho años le extirparon un tumor cancerígeno en el hígado y desde entonces ha vivido con fe renovada. Está convencida de que sus oraciones han sido escuchadas. Ahora, su petición al nuevo Papa es clara: que pida por la salud del mundo y que nunca falte la seguridad para quienes más lo necesitan.

María Pulido, por su parte, dejó todas las tareas del hogar en pausa apenas escuchó la noticia. Sintió que tenía que estar presente. "Estoy muy contenta. El Papa Francisco fue todo lo mejor que nos pudo tocar y esperemos en Dios que le siga los pasos", compartió con una sonrisa tranquila.

María ve al Papa como una figura cercana, humana, que acompaña en los momentos más difíciles. "Es nuestro guía en la tierra. Comparte nuestros miedos y nuestros dolores. Dios nos lo manda para caminar con nosotros, hombro con hombro", expresó.

Oscar José Munguía es un visitante habitual de la Catedral. Casi todos los días acude a rezar el rosario. Al preguntarle por la elección del nuevo Papa, recordó el legado de quienes lo antecedieron. "Desde Juan Pablo II se han ido abriendo puertas, no solo dentro de la Iglesia, también con otras religiones y formas de pensar. Es importante que él también salga a las calles, que se acerque a la gente. Me da gusto saber que seguirá esos pasos", comentó convencido.

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Pero su petición fue aún más profunda. "Pido que el Pontífice rece por los desaparecidos, que nos ayude con la situación de México y de tantas personas en el mundo. Que fortalezca la fe de quienes no saben dónde están sus seres queridos", dijo con voz firme y ojos húmedos.

Así, la Catedral de Guadalajara fue, por unas horas, un punto de encuentro entre la fe y la historia. Con cada plegaria, los tapatíos sellaron su esperanza en un nuevo liderazgo que, más allá de nombres y nacionalidades, represente cercanía, humildad y consuelo. Mientras León XIV inicia su pontificado en Roma, en Jalisco ya hay quienes lo acompañan con devoción, esperando que su voz alcance no solo a los fieles, sino también a los que cargan con dolor, enfermedad o ausencia.

NA