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¿Tlahuelilpan en Jalisco?

El camino para despejar esta incógnita y que ojalá pronto recorran autoridades federales, estatales y municipales para evitar que en Jalisco ocurra una tragedia como pasó hace una semana en Tlahuelilpan, Hidalgo, y que cobró ya la vida de 100 hombres, mujeres y menores, lo mostró EL INFORMADOR en su edición del miércoles pasado.

En un trabajo periodístico inédito se da cuenta de las 64 comunidades que se asientan en las proximidades del trazo del ducto Salamanca-Guadalajara que atraviesa 11 municipios de nuestra Entidad.

Habrá que revisar en qué puntos se cometieron las casi dos mil tomas clandestinas que se dieron en Jalisco en 2018 y que lo colocaron como una de las entidades con el mayor número de ordeñas.

Desde luego habrá que reforzar las labores de vigilancia en Tlajomulco, Zapotlanejo y Tala que desde hace años se mantienen en el Top 10 de los municipios con más ordeñas, y donde se han registrado las fugas e incluso explosiones, que por fortuna, no han causado muertes.

¿Qué se hizo con los más de dos mil puntos atacados en el ducto el año pasado? ¿Cuántos detenidos hay? ¿Qué han arrojado las investigaciones y cuál es el mapa delincuencial que sobre este tema dejó la pasada administración federal en este tramo?

Esta información es clave para avanzar en el combate al robo de combustibles que se ha propuesto el Gobierno federal en Jalisco donde ya les quedó claro que hay mafias huachicoleras más que activas y que gozaron siempre de impunidad.

Como lo reveló El INFORMADOR esta semana, tan sólo en los primero 23 días del año, y pese a que ya se había anunciado la guerra contra el robo de hidrocarburos, se cometieron 45 tomas clandestinas, que han impedido el funcionamiento regular del ducto y agravado el problema de desabasto de energéticos en Jalisco, que ha enfrentado al Gobierno estatal con el federal.

La tendencia de estos recientes saqueos confirma la geodelictiva del hauchicol en Jalisco: de las 45 ordeñas clandestinas detectadas en 2019, ocho se dieron en la comunidad de San Sebastián, en Tlajomulco; y 8 en la comunidad de La Paz, en Zapotlanejo; y dos en el poblado de Ahuisculco, en Tala.

Habrá que ver si estas comunidades entran en la ruta del Presidente Andrés Manuel López Obrador para anunciar los programas sociales que prometió a todos los pobladores que colindan con los ductos para desalentar el huachicol.

Mientras tanto, queda claro que es en esos poblados donde se debe trabajar para recuperar el tejido comunitario y debilitar la base social de los narco-huachicoleros antes que nos estalle un Tlahuelilpan en Jalisco. Aquí ya pagamos la corrupción petrolera con las explosiones del 22 de Abril de 1992, que provocó el doble de muertes que en Hidalgo.

jbarrera4r@gmail.com
 

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