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Mazamitla, Pueblo Trágico

En menos de un año, extraviamos Mazamitla. Los turistas del Pueblo Mágico son lentamente desplazados por las ráfagas y el miedo que arrinconan a un Pueblo Trágico.

En marzo de este año, nos aseguraron que el foco del conflicto ardía lejos, en San José de Gracia, Michoacán, tras el presunto fusilamiento de 17 personas en un velorio. Entonces se desató una pugna en la zona entre el cártel Nueva Generación y la célula disidente de los Pájaro Sierra, sus antiguos aliados en Mazamitla.

Comenzaba el verano. Nos dijeron que los muertos, todos, eran criminales y los bloqueos habían dejado sólo daños materiales. Pero entre los muertos estaba Christian Leif, un chef y turista que visitó el pueblo ese fin de semana.

Nos aseguraron que la pugna armada se dirimía en la sierra. Lejos. Aquí el pueblo, nos dijeron, es seguro. Pero en plenas Fiestas Patrias las ráfagas se escucharon en la plaza principal. Los videos retrataron a la gente que corría; las cortinas de los comercios se cerraron de golpe.

“Nunca se habían metido al pueblo”, se quejaron los pobladores. Entonces nos prometieron más coordinación. Llegaron efectivos de la Guardia Nacional, la Policía del Estado, militares. Blindaron el pueblo de promesas y convoyes. ¿Qué podía fallar? Justamente eso, la coordinación.

Llegó diciembre. En plenas fiestas patronales, dos grupos se enfrentaron a balazos en la plaza principal de Mazamitla. El saldo: dos muertos (uno al parecer víctima indirecta), y seis heridos inocentes, pobladores; la mitad eran menores.

¿Puede empeorar el escenario? El gobierno de Jalisco culpó al alcalde Jorge Magaña del partido Hagamos, ligado al Grupo Universidad, porque ninguno de sus 24 policías municipales reaccionaron ante la balacera.

En un comunicado admonitorio, el viernes, el gobierno estatal anunció que este lunes citaría a “comparecer” al alcalde (nótese el uso político del verbo: sólo el Congreso puede citar a comparecer a un funcionario). En una declaración aparte, este mismo lunes Enrique Alfaro responsabilizó al edil por no avisar que había fiestas patronales para mandar más efectivos.

“Señor gobernador, habrá una balacera este viernes por la noche. Favor de enviar refuerzos. Firma: el alcalde”. ¿Algo así era razonable? Mientras tanto, Magaña, que ha pasado del toque de queda inconstitucional al me quedo callado porque se enojan en Casa Jalisco, aceptó, cándido, que falló la coordinación: “Empezó a trabajarse la estrategia que vamos a llevar a cabo”. “Abrimos los canales de comunicación”. Nueve meses después de que comenzó el incendio…

El fantasma del conflicto político entre el gobernador y Raúl Padilla merodea Mazamitla. Puede empeorar el escenario.

La violencia homicida ya no es una importación de Michoacán ni se matan sólo entre ellos. El escenario de la disputa alcanzó el corazón del pueblo. Los 15 minutos entre San José de Gracia y Mazamitla son una frontera que se diluyó hace tiempo. Y el fantasma del conflicto político se suma al conflicto armado.

En medio de todo esto, ¿alguien sabe en dónde quedó Mazamitla?

jonathan.lomelí@informador.com.mx

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