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Las proezas del joven “Rey” Pelé

Kylian Mbappé, de sólo 19 años, ha sido por momentos el jugador más lúcido en el ataque de Francia que disputará ante Croacia el título de campeón del mundo el próximo domingo.

Los tres goles que ha anotado hasta ahora, y la inteligencia ofensiva del ex jugador del Mónaco, traen a la memoria las hazañas de Pelé, el prodigio adolescente por excelencia.

El futuro rey del futbol brilló por primera vez a nivel mundial en 1958, cuando tenía sólo 18 años, uno menos de los que Mbappé cuenta ahora.

“O Rei” había nacido en 1940. De niño limpiaba zapatos, jugaba mucho futbol y también se liaba a golpes con los niños que osaban llamarlo “Pelé”, un apodo que al principio detestaba.

Edson (que fue bautizado así como homenaje al inventor Thomas Edison) tenía 10 años cuando Brasil perdió en casa el Mundial de 1950 ante Uruguay. Al consumarse la derrota, el padre de la futura estrella del futbol no contuvo el llanto. “Papá, no llores, yo voy a ganar la Copa del Mundo para ti”, prometió el niño, que no tardó mucho en cumplir su palabra.

“Dico”, como era llamado en casa, debutó con el Santos a los 15 años y comenzó a hacerse notar de manera instantánea. En su primer partido de Liga anotó cuatro goles, iniciando un camino que iba a llevarlo irremediablemente a la Selección brasileña.

El Mundial de 1958 fue la primera proeza internacional de Pelé. Entró en acción junto a Garrincha a partir del tercer juego de la Canarinha, y anotó al partido siguiente el tanto que permitió que Brasil se impusiera por 1-0 a Gales. Siguió un triplete en la victoria 5-2 sobre Francia, y un doblete en la Final en la que Brasil derrotó a Suecia, también por 5-2, convirtiendo a Pelé en el ganador más joven de un Mundial, un privilegio que conserva hasta ahora.

Era el primer Mundial que se jugaba sin Jules Rimet, el ideador del torneo, que había muerto dos años antes. De manera simbólica, el joven Edson tomaba la estafeta y la responsabilidad de popularizar el futbol a nivel global, y la Copa del Mundo iba a ser su principal vehículo.

La victoria puso a Brasil en el mapa, y no sólo en lo que se refiere al futbol. Hasta entonces, el gigante sudamericano era tan desconocido que los reporteros europeos lo confundían con Argentina y Uruguay y le preguntaban a los jugadores brasileños qué tal era Buenos Aires, provocando la ira de los futbolistas.

El próximo domingo, en la Final de Mundial, el legado de Pelé estará presente en la juventud de Mbappé, pero también en la audacia de los croatas, que como Brasil en 1958 buscan ganarse un lugar en el mapa futbolístico mundial.

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