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Jalisco macho

Ningún problema complejo tiene un solo motivo o responsable. Mientras crecen los señalamientos de desigualdad por género es justo preguntarse cuál es la raíz de la violencia que experimentan siete de cada 10 mujeres, según datos proporcionados por el INEGI. Una de las causas es que sigue existiendo una cultura machista que admite algunas conductas como normales.

Recientemente, el Instituto Jalisciense de la Mujer (IJM) realizó un estudio inédito que brinda una interesante perspectiva sobre la forma en la que los hombres dimensionan los problemas de género.

300 hombres participaron en la entrevista enfocada a identificar las actitudes de los participantes en temas como los roles en el hogar, la paternidad, la vida emocional y, por supuesto, la violencia machista en sus diferentes manifestaciones.

Llama la atención que los hombres de Jalisco crean que las mujeres han sido víctimas por su falta de carácter, por su vulnerabilidad o por salir a la calle de noche

Una de las respuestas más alarmantes es que el 60%  de los entrevistados cree que las mujeres son capaces de controlar la violencia que reciben, a través de mejorar su autoestima o exigir respeto. Es decir, el famoso dicho popular “el hombre llega hasta donde la mujer quiere” ha sido llevado al extremo. Hay entonces una revictimización evidente: las mujeres no solo sufren la violencia (pensemos por ejemplo en los feminicidios que van al alza en nuestro Estado), encima los hombres opinan que es su responsabilidad evitarla. Sin embargo, tanto los entrevistados más jóvenes como los de mayor edad coinciden en la percepción de que las mujeres son débiles. Llama la atención que los hombres de Jalisco crean que las mujeres han sido víctimas por su falta de carácter, por su vulnerabilidad o por salir a la calle de noche, pero ¿a alguno se le ocurrirá que más bien es que hay hombres violentos?

Otro de los datos es que no perciben al acoso como un delito. Entienden a la violencia como agresiones físicas, pero la violencia verbal, sexual o patrimonial se desdibujan. No queda claro cómo se manifiestan y, por lo tanto, podrían no reconocerlas como tal. La Dra. Erika Loya, directora del IJM, mencionó que aunque los hombres saben que la violencia existe, hace falta un esfuerzo mayor para llegar a los segmentos en los que las conductas machistas siguen muy consolidadas.

En pleno 2018 la idea de un machismo vigente suena rancia. Muchas veces creemos que eso quedó muy atrás, pero estos estudios cualitativos son útiles para ubicarnos en un contexto real. Hay mucho trabajo por hacer para abrir espacios que permitan el diálogo y nos sensibilicen tanto a hombres como mujeres para tener espacios más equilibrados. No puede ser que la mujer siga siendo vista como inferior por su pareja, sus compañeros de trabajo, o por quienes transitan las mismas calles. O que sigamos creyendo que Jalisco es una tierra de machos y que deberíamos sentirnos orgullosos al respecto.

(puntociego@mail.com)

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