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Huachicol H2O

La reciente denuncia del Gobierno Estatal del presunto robo de agua del Canal de Atequiza en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, que atribuyen a agricultores a los que culpan de que varias colonias de la ciudad se hubieran quedado sin el líquido, me hizo recordar aquella pifia que en la administración pasada cometió el entonces jefe de gabinete, Hugo Luna, hoy diputado federal, que armó todo un operativo policial contra los que llamó “huachicoleros del agua”.

Luna salió a dar una rueda de prensa virtual en la que denunció la existencia de “10 tomas clandestinas de agua” en el corredor agrícola de Ocotlán, Poncitlán y hasta la conexión del Canal de Atequiza, que, aseguró, habían provocado una disminución de la llegada de agua de Chapala a Guadalajara a través del Sistema Antiguo-Lerma-Chapala de 672 mil litros por segundo, al pasar de dos mil 423 litros a sólo mil 751 litros.

Los representantes de distintos ejidos de esas zonas agrícolas salieron rápidamente a negar los señalamientos del jefe de gabinete alfarista y mostraron documentación de las concesiones que les autorizaban tomar agua para riego de sus cultivos, y contra denunciaron el destrozo de puertas, instalaciones y bombas en el operativo policial que los puso en riesgo de perder sus siembras.

El Gobierno estatal les dio la razón un día después al no hablar ya de tomas clandestinas, sino de que los ejidatarios estaban tomando más agua de la autorizada en esas concesiones, cosa muy distinta a la expuesta por Luna. Fue, pues, la historia del huachicoleo que no fue.

En espera de conocer si esta vez sí se acreditó el robo del líquido de parte de los agricultores de estas zonas, lo que sí abre otra grave preocupación son los datos revelados ayer en EL INFORMADOR, entre ellos el que señala que las tomas clandestinas u ordeñas ilegales de las tuberías del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) crecieron de 104 a 131 del 2023 al 2024.

Ese crecimiento en estas perforaciones ilegales, y las casi cuatro mil registradas en los últimos 14 años, sí nos ponen ante una clara existencia del “Huachicol H2O”, que sumado a todas las ineficiencias que viene arrastrando el organismo operador del agua en los últimos seis años, pinta un panorama altamente preocupante y que agrava la crisis en el suministro y calidad de agua por el que atravesamos.

Habrá que ver si el Gabinete del Agua de la nueva administración estatal presentó en el diagnóstico y plan de trabajo para resolver los rezagos, inoperancias y finanzas casi en bancarrota por los 17 mil 900 millones de pesos que tiene de cartera vencida, qué presentó para conseguir que las y los diputados aprueben el aumento del 12.5 por ciento a la tarifa del agua que solicitan, medidas para poner freno al huachicoleo del agua que se da en plena Área Metropolitana de Guadalajara casi en completa impunidad. Ante las mil 159 fugas detectadas en la administración anterior, y las dos mil 670 del 2011 al 2019, apenas hay 17 denuncias pero nadie tras las rejas por robarse el agua.

Por eso, de entrada, lo que deberá ser prioritario con los mil 500 millones de pesos prometidos por el Gobierno Estatal para renovar infraestructura en el SIAPA, es instalar un sistema de detección de fugas que erradique el “Huachicol H2O”.

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