Honrar y blindar al personal médico
La batalla contra el coronavirus apenas inicia, y nuestros soldados de la primera línea, los que le harán frente a este enemigo viral poderoso y desconocido, no sólo no cuentan con el equipo y armamento necesario para enfrentar en las mejores condiciones esta guerra a muerte, sino son menospreciados y hasta agredidos por algunos miembros de la misma comunidad a la que defienden.
En las casi cuatro semanas que llevamos con los llamados a cumplir medidas de aislamiento y distanciamiento social para tratar de reducir el número de contagios y evitar que colapsen los hospitales que ellos y ellas atienden, van al menos tres agresiones por semana en promedio a doctores, doctoras, enfermeras y enfermeros en la calle y en el transporte público, por malos ciudadanos que en vez de reconocer su generosa y heroica labor, los ven como una amenaza de contagio.
Esas ofensas y actitudes hostiles contra el personal médico que cumple desde que estalló la emergencia sanitaria arduas y prolongadas jornadas de trabajo (por las que en otros países les cantan y los reconocen desde el confinamiento de sus casas), son inadmisibles porque nos degradan como sociedad, y nos hacen más vulnerables ante la contingencia. Si no fortalecemos y cuidamos a los que atenderán y curarán a los que enfermen, nadie lo hará.
En ese sentido son más que oportunas las medidas que se han tomado para sancionar y erradicar estas vergonzosas actitudes contra el personal hospitalario. Desde la implementación de rutas oficiales para trasladar a los que trabajan en los nosocomios, hasta el incremento de penas para los agresores que se trabajan ya en el Ayuntamiento de Guadalajara y en el Congreso del Estado.
Otro pendiente, de la misma o más urgencia de atender, es la entrega de los uniformes espaciales, herramientas y equipamiento médico que antes que nada les garanticen estar blindados al COVID-19 que portan los enfermos que atienden. Sin entrar aún en la fase crítica de la pandemia, tan sólo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) van ya 535 infectados, casi el 10 por ciento de los 5 mil 847 casos que iban a media semana detectados en México. Ya muy cerca del 15 por ciento que se dio en infecciones a personal médico en las catástrofes por el coronavirus que viven en Italia y en España.
Debe ser, pues, de la más alta prioridad atender lo que se plantea en la queja que trabajadores del sector salud presentaron esta semana ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) para protegerlos del virus ahora que les tocará protegernos de esta pandemia en un sistema de salud desatendido por años y que el gobierno de la 4T intervino con más pena que gloria.
Sólo un personal médico respaldado y no agredido socialmente, y bien equipado, nos puede salvar aun y pese a las deficiencias de medicamentos y espacios por el abandono en el que estuvo por años nuestra infraestructura hospitalaria y que hoy se enfrenta a un virus demoledor.
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