Hablemos también de Avenida Lázaro Cárdenas
Guarden este diálogo porque lo necesitaremos más adelante.
–Oficial, ¿cómo puedo saber si las laterales estarán abiertas o cerradas?
–Depende del tráfico.
–Yo lo veo fluido, ¿me deja pasar?
–No.
EL INFORMADOR publicó esta semana las quejas de automovilistas por la falta de coordinación en el operativo vial de Avenida López Mateos; pues pasa exactamente lo mismo en Avenida Lázaro Cárdenas.
Celebramos el “regreso” de la Policía Vial en este sexenio y sus buenas intenciones, pero de buenas intenciones está tapizado el camino al Infierno.
Antes, un poco de contexto.
El primer día de este nuevo sexenio naranja arrancó con dos operativos viales entre las 06:00 y 09:00 horas en ambas avenidas emblemáticas.
El primero en López Mateos, entre Periférico y La Minerva, al habilitar carriles a contraflujo y cerrar los accesos para incorporarse a las vías centrales.
El segundo en Lázaro Cárdenas, entre El Álamo y Los Arcos del Milenio, en donde también se cierran los ingresos a los carriles centrales en ese horario.
El objetivo, declaró entonces Jorge Arizpe, comisario vial, era agilizar el tráfico en los carriles centrales de ambas arterias.
Lectores y lectoras de esta casa editorial, así como su servidor, carecemos de evidencia de que eso esté ocurriendo.
El problema consiste en que cada policía vial se ubica con un cono gigante en los accesos a los carriles centrales y, “a ojo de buen cubero”, abre y cierra el ingreso con un “esquema flexible” basado única y exclusivamente en su fino criterio.
Lo experimento como automovilista cinco veces a la semana. Si me dejan incorporar a las vías centrales hago 12 minutos hasta mi destino; si me mandan por la lateral, entre 45 y 50 minutos. Así que todos los días salgo con el “Jesús” en la boca y una hora de anticipación por si las dudas.
Lo más emocionante de esta “ruleta rusa” es que siempre cambian al agente vial, por lo que cada día hay un nuevo criterio para abrir o cerrar el ingreso a las vías centrales.
Otro diálogo con una policía vial, justo ayer:
–¿Cómo sé cuándo está abierto o cerrado?
–Depende de lo que te digan, pero este operativo es hasta las nueve.
–¿Estará abierto hasta las nueve?
–No… puede que te lo cierre ahorita.
Esta visión “cochista” pasa a un segundo plano frente al impacto que genera en el transporte público. Al evitar la incorporación a los carriles centrales, las laterales de Lázaro Cárdenas se saturan y hace aún más tardado el viaje para los usuarios del transporte público.
En su momento, el Observatorio Ciudadano de Movilidad y Transporte Público de Jalisco criticó la falta de estudios de impacto para implementar estos operativos.
Se agradece la voluntad de Arizpe para rectificar, pero la lógica de la “prueba y error” sólo privilegia la buena intención sobre la planeación. El análisis y evaluación de cualquier política pública es indispensable, sobre todo si hablamos de una comisaría que ejerce este año casi mil MDP de presupuesto.
De otra manera ocurrirá lo mismo que en el diálogo inicial. El comisario verá un ahorro de 12 minutos y buenos resultados con el operativo “a ojo de buen cubero”, mientras las y los ciudadanos experimentamos algo muy distinto.