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Genocidio por hambruna en Gaza

Las imágenes y videos que circulan en medios de información y redes sociales con la población palestina de Gaza hacinada y empujándose para buscar un poco de comida han impactado como pocos acontecimientos noticiosos, probablemente desde la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Las imágenes y videos son más estremecedores cuando aparecen al frente de esas largas y caóticas filas a niños atropellados y empujados ante las barreras de los “centros de ayuda”, implorando por un poco de comida.

Lo más indignante e inhumano es que, aun en esos puntos donde la población civil hambrienta busca un poco de comida, el ejército de Israel dispara selectivamente y ha asesinado a 1,400 personas desde que se intensificó el estrangulamiento del ingreso de toda la ayuda humanitaria, especialmente la comida. Son escenas dantescas que superan cualquier filme distópico de ficción.

No hay manera de que se nieguen los hechos: el actual Gobierno de Israel está cometiendo genocidio y está utilizando la hambruna provocada como un arma de guerra para tratar de eliminar y exterminar a la población palestina en Gaza.

El pasado 23 de julio, el Centro de Información Palestino publicó el informe “El hambre como arma de genocidio en Gaza: testimonios y pruebas”, donde documenta de modo riguroso cómo se ha implementado en Gaza la hambruna como una forma de guerra y de exterminio contra la población civil. “La política de hambre se ha utilizado como arma de guerra deliberada, además del asesinato en masa y la destrucción sistemática de la infraestructura civil básica, como parte del mayor genocidio sistemático, declarado y directo, contra el pueblo palestino”.

La destrucción de Gaza es inmensa. El 30 de julio, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras publicó un video con imágenes satelitales contrastadas: tomas de antes del 7 de octubre y posteriormente imágenes de junio y diciembre de 2024. Lo que revelan es una “aniquilación total”. Se calcula que 92 por ciento de las viviendas, 94 por ciento de los hospitales, 2,308 centros educativos, 82 por ciento de las carreteras. Esta “aniquilación total” fue provocada tanto por los bombardeos como por la destrucción física de viviendas e infraestructura que el ejército israelí utilizó en una segunda fase planificada para la devastación de inmuebles en Gaza, según publicó el medio independiente israelí +972.

Tras las fases de la aniquilación de las infraestructuras y de todos los medios de vida en Gaza, la estrategia se concentró en el genocidio mediante la hambruna, cerrando todos los pasos de ingreso a la Franja y evitando que llegara cualquier ayuda humanitaria, en primer lugar comida y alimentos.

Las escenas de la hambruna que vemos en Gaza no parecen una ocurrencia o una consecuencia no deseada de la guerra, como Israel quiere hacer creer, sino una estrategia deliberada que los jefes militares declararon desde el inicio de la guerra. El informe del Centro de Información Palestino recordó que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el 9 de octubre de 2023, apenas dos días después del ataque de Hamas: “Estamos imponiendo un bloqueo total a Gaza. Sin electricidad, sin comida, sin agua, sin gas. Todo está cerrado. Estamos luchando contra los animales humanos y actuando en consecuencia”.

Un año y diez meses después, la estrategia israelí ya ha causado estragos incalculables para la población civil. Según el informe citado, los especialistas consideran que hay hambruna cuando hay tres condiciones: 1) al menos 20 por ciento de la población se enfrenta a niveles severos de hambre; 2) 30 por ciento de los niños sufren emaciación severa (delgadez grave en relación con la altura); y 3) tener una tasa de mortalidad de al menos una muerte por cada 10,000 adultos por día, o dos casos para niños. Estos indicadores se cumplen en Gaza desde principios de 2024, “lo que la convierte en un estado de hambruna documentado legal y humanitariamente”, reportó el Centro de Información Palestino.

Periodistas palestinos que viven en la Franja de Gaza han publicado crónicas emotivas y devastadoras de cómo el hambre va minando la fuerza y energía de sus cuerpos y la conciencia. Pero, aun en medio de esta pesadilla, tratan de resistir.

Como publicó la escritora Alaa Alqaisi: “Y cuando el mundo finalmente pase la página -si esto alguna vez ocurre- que no digan que Gaza guardó silencio. Que no imaginen que desaparecimos sin hablar. Hablamos con las bocas llenas de polvo. Cantamos, incluso con los dientes rotos. Rezamos con las rodillas fracturadas. Y aunque el mundo haya mirado hacia el otro lado, que esto quede como recuerdo: nombramos el hambre. La aguantamos. Perduraremos. Que eso quede”.

rubenmartinmartin@gmail.com
 

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