GDL, Zapopan, Vallarta... los demonios andan sueltos
El nuevo episodio de violencia de alto impacto que se vivió el viernes en un exclusivo restaurante de la Colonia Providencia fue un eslabón más en la cadena de la crisis de inseguridad que se ha vivido en las últimas semanas en Jalisco y que escaló al conocerse que una de las víctimas fue el influyente y poderoso funcionario morenista del Ayuntamiento de Puerto Vallarta Salvador Llamas Urbina, director general del organismo operador del agua (Seapal) y coordinador del gabinete de Luis Michel, alcalde de ese puerto turístico; y dos de sus escoltas, uno de los cuales había sido comisario de la Policía de ese municipio costero.
Y es que además de las continuas balaceras que se han registrado a plena luz del día en la Zona Dorada de Zapopan, que han mostrado el poder corruptor y de fuego de los grupos del crimen organizado, ahora se asesinó a este político con un alto cargo público en este municipio.
Ahí hay una fuerte presencia y operación del Cártel Jalisco Nueva Generación que se ha visto reflejada en diversos hechos delictivos que van desde el secuestro de los hijos del detenido capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, la emboscada a un convoy de la Policía Estatal que dejó saldo de 15 uniformados muertos, hasta los asesinatos del empresario constructor Felipe Tomé y el magnicidio del ex gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, así como los más recientes enfrentamientos entre militares y sicarios en los que murió Saúl “N”, alias “El Chopa”, quien tenía relación con el socio del bar “Distrito 5”, José Manuel “S”, mejor conocido como “Manu Vaquita”, quienes estuvieron en ese lugar el día del asesinato del ex mandatario estatal.
Para la Fiscalía General del Estado, al igual que en el caso del artero homicidio de Aristóteles, el crimen organizado estuvo detrás del atentado contra Llamas por todo el despliegue de recursos materiales y humanos para cometer esta agresión en la que pudieron haber participado dentro del restaurante al menos una decena de maleantes.
Aunque vuelve a extrañar que pese a lo prolongado de la balacera en Providencia, la Policía de Guadalajara no hubiera podido lograr una sola detención ni enfrentar a los sicarios en la escena del crimen, pese a que existen videos en los que se ve detenerse a una patrulla de esa corporación en el momento que los delincuentes accionan sus armas desde el exterior hacia el interior del restaurante, y luego siguen su marcha por la avenida Terranova, la Fiscalía avaló la versión de las autoridades tapatías en el sentido de que los uniformados se alejan para posicionarse siguiendo los protocolos policiales.
No sólo eso, para el Fiscal Luis Joaquín Méndez Ruiz, los avances en la investigación que les ha permitido tener identificados ya a los agresores, se debió a los “trabajos y acciones de la Policía de Guadalajara como primer respondiente, puesto que resguardaron los indicios y los videos tanto dentro del establecimiento como en el exterior”, y que consideró “impecable y que debería ser mostrado como ejemplo para quienes fungen como primer respondiente”.
Habrá que ver, pues, si esto ayuda de verdad para esclarecer el crimen, detener a los asesinos y despejar, entre otras muchas dudas, cuál es el móvil, quiénes eran los que se reunieron con el funcionario vallartense que estaba en Guadalajara en un día hábil de trabajo y qué llevaba en el maletín con el que llegó al restaurante y que nadie sabe dónde quedó luego de que uno de sus acompañantes con los que se sentó en la mesa le disparó de muerte. Veremos.