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Expropiación y Perú nos ponen en entredicho

Hace exactamente una semana Bob Sternfels, gerente global de la consultoría  McKinsey & Company, durante una entrevista había pronosticado que “Yo si creo que esta podría ser la década de México”, insistiendo que nuestro país está frente a “una oportunidad descomunal”, aprovechando el fenómeno de ‘nearshoring’ -modelo industrial que aprovecha los bajos costos de producción y su cercanía con el mercado de consumo-. Pero sí aclaró, que es necesario “reforzar las habilidades correctas que se requieren". Crear un entorno que sea propicio para la inversión durante por lo menos una década y eso crea un cimiento financiero”, además de “tener la capacidad para última milla, en términos de permisos, regulaciones, etc., para que las cosas sucedan”.

Sternfels -economista de Stanford- señaló que la posición geográfica de México es única, no sólo para impulsar su crecimiento económico, sino también de América Latina, que “pudiera hacer las veces de unir a pueblos, en lugar de dividirlos”.

Pero fueron muy pocos los días que pasaron después de esa declaración, cuando las esperanzadoras expectativas se precipitan cuando primero se ejecuta una acción militar para expropiar tres tramos ferroviarios -de 117 kilómetros entre Coatzacoalcos y Medias- a Ferrosur, propiedad del Grupo México Transportes, y despues Perú declara persona ‘non grata’ a López Obrador por las injerencias en las políticas internas de ese país y no reconocer la investidura de la presidenta Dina Boluarte.

La acción tomada en contra del Grupo México y el ‘reconocimiento’ desde Perú provocan un daño severo a la imagen de México y pueden provocar que se ‘vengan al suelo’ aquellas espectaculares posibilidades de crecimiento económico.

En el caso de la acción militar en las instalaciones ferroviarias, aunque Palacio Nacional diga que no se trató de una expropiación, sino de “una ocupación temporal”, la percepción de los hechos dicen lo contrario, además de estar reglamentados. La ley que ampara la acción, en su Artículo 2 Bis dice que “Para los casos de expropiación, se procederá la ocupación temporal, ya sea total o parcial, o la simple limitación de derechos de dominio para los fines del Estado o en interés de la colectividad…”. Y esto último está contenido en LA LEY DE EXPROPIACIÓN -la ley de ocupación no existe-, que  tuvo su última actualización el 27 de enero de 2012.

Expropiación u ocupación, es lo mismo. Los dos procedimientos cumplen con el mismo objetivo, “para los fines del Estado…”, la inversión privada queda en manos de la autoridad con “una compensación de mercado”, como dice la misma ley. Y ese procedimiento crea desconfianza empresarial, preocupa a los inversionistas en el mercado y ahuyenta a los que veían en nuestro país una posibilidad para capitalizar.

Y en la apreciación de Sternfels, sobre que podemos ser puente para el crecimiento continental con “unir pueblos”, la decisión tomada en Perú en contra de López Obrador, lo que se está haciendo es dividirlos más. Así que, hablar sobre “que esta podría ser la década de Mexico”, mejor luego hablamos. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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