¿Escuchó algo el gobernador?

Algo cambió en el discurso del gobernador Enrique Alfaro.

Al parecer escuchó a alguien que le hizo ver los errores que estaba cometiendo en su comunicación y que estaban entorpeciendo de manera importante que sus mensajes llegaran al grueso de la población.

Según nosotros, hubo dos cambios importantes en el anuncio que hizo el viernes pasado de las medidas que habrán de acompañar de manera permanente la vida en Jalisco en tanto se inmuniza con las vacunas a la mayoría de la población.

En primer término fue muy importante que, aunque insistió en hacer llegar el mensaje por redes sociales (cuando más de la mitad de la población no tiene acceso a ellas y, de sus seguidores, menos del 20 por ciento está permanente al pendiente de sus mensajes), “anunció que iba a anunciar”, refiriéndose a las medidas, con lo que motivó a más personas a estar al pendiente.

Al saber la hora en que se iba a difundir el mensaje fue mucho más fácil estar al pendiente y, de hecho, hubo medios (como nosotros en la estación de radio) que nos enlazamos a la señal y difundimos en vivo la parte medular del mensaje.

Fue interesante ver que estuvo dispuesto a compartir el protagonismo con varios de sus colaboradores y no ser sólo él quien hablaba de todos los temas.

Y el segundo punto que vimos como un cambio fue ver cómo echaba para atrás cualquier restricción a que los adultos mayores puedan entrar a supermercados, grandes almacenes y tiendas departamentales.

Seguramente se dio cuenta del enorme costo político que tuvo el que una medida muy plausible que iba enfocada a cuidar a los adultos mayores de la exposición a contagios, se convirtiera en una agresiva prohibición a entrar a supermercados para comprar sus víveres indispensables. La percepción general es que “la había agarrado” contra uno de los sectores más vulnerables, dejándolos en la indefensión.

Comparando lo que se ha hecho en otros estados y a nivel federal, estamos convencidos que en Jalisco se ha hecho más para tratar de frenar los contagios del coronavirus, pero la comunicación errática y restringida a redes sociales ha desvirtuado muchos mensajes y otros más han pasado desapercibidos cuando se trataba de cuestiones vitales.

Nunca buscó el gobernador el apoyo comprometido de la radio y la televisión. Y no se trataba de derrochar fortunas en presupuestos publicitarios.

Con una buena convocatoria, y la instalación, por ejemplo, de una mesa de comunicación con los principales periodistas del Estado, hubiera bastado para coincidir en la importancia de comunicar y hacerlo de manera masiva y eficiente.

Esperemos que esas señales que creemos ver como cambios en los mensajes del viernes pasado, sean reales y no espejismos de algo que nos gustaría ver en la comunicación del Gobierno.

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