Ideas

Eduardo

¿De qué somos capaces los padres para cuidar la integridad de un hijo? La respuesta inmediata sería: De todo. Este fin de semana nos sorprendió la voracidad de la violencia hacia los menores en el Estado, para muestra el caso de los dos niños encontrados sin vida en un terreno de la ranchería de Totolinilpa, en el municipio de San Gabriel o, mucho más cercano, el caso de Eduardo Salomón Puertos Gaytán, un jovencito de apenas 16 años desaparecido el pasado viernes y encontrado sin vida el domingo 6 de febrero.

Y es que por más que David Salomón Puertos, el padre de Eduardo, intentó mantener a su hijo en una “cápsula”, como él mismo lo menciona, no pudo evitar que la violencia tocara sus vidas. El pasado 4 de febrero un comando armado ingresó a su domicilio en el fraccionamiento Hacienda de los Fresnos 2, en Tlajomulco, sometió a Eduardo, quien alertó con una llamada a su padre de lo que sucedía en casa mientras él trabajaba, y se aseguró de proteger a sus hermanos pidiéndoles que se escondieran. Al otro lado de la línea, David escuchó cómo golpeaban a Eduardo; un disparo; sus hijos más pequeños gritando y después llegó el silencio. Tras el episodio de terror vinieron las denuncias y la búsqueda: movilización de vecinos, campaña en redes sociales, volanteo con la imagen de Eduardo. Todo lo posible para localizarlo.

El hallazgo llegó dos días después. Eduardo fue encontrado sin vida en una finca en el centro de Tlajomulco donde también se encontró el cuerpo de un hombre no identificado.

La familia Puertos Gaytán pasó de la desesperación al dolor. Una vez que le notificaron a David el hallazgo del que podría ser su hijo, vino la identificación en servicios forenses. Sí, era Eduardo.

La familia tuvo la desafortunada experiencia de perder a un hijo víctima de la violencia, como muchos otros menores, lo que ha generado indignación en toda la sociedad, pues ese fenómeno ha ido en aumento en territorio nacional. Sólo en Jalisco se identifican cerca de 340 casos de menores desaparecidos en los últimos tres años, de los cuales 30 han sido encontrados sin vida. Lamentablemente, Eduardo se sumó a la última estadística. En un parpadeo se fue el jovencito que amaba los videojuegos, que tenía la responsabilidad de trabajar en una tiendita de abarrotes en su colonia y que cuidaba de sus hermanos menores mientras sus padres no estaban en casa.

Él se llamaba Eduardo Salomón, tenía 16 años y su familia busca justicia; pero pudo ser cualquiera de los 339 menores desaparecidos en Jalisco de acuerdo al Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas.

La investigación mantiene su curso y las respuestas no tardarán en llegar, desde el auto en el que fue sustraído hasta la identificación del segundo cuerpo encontrado en la finca junto al menor, chalecos tácticos y diversos indicios.

Para David todo no fue suficiente, pero al menos recuperó a su hijo y sabe en primera persona lo que significa vivir esta ola de violencia que escala sin tregua, de la que nadie queda al margen y que desde el año pasado encendió un foco rojo sobre la susceptibilidad de los menores frente a las redes de grupos criminales.

puntociego@mail.com

Temas

Sigue navegando