Con cuál Claudia nos quedamos
El miércoles, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, encabezó una rueda de prensa puntual, efectiva y más que convincente sobre las investigaciones en torno a uno de los eventos violentos más graves que ha visto la capital en años.
El jueves, por el contrario, anunció en la mañanera que como respuesta a la crisis en el Metro, la Guardia Nacional vigila desde ayer mismo ese sistema de transporte, medida a todas luces disparatada, propagandística y de cuestionable eficiencia.
¿A qué se debe esta contradictoria dualidad de la gobernante capitalina?
Los disparos en contra de Ciro Gómez Leyva el 15 de diciembre sacudieron a México. La relevancia de la víctima, y las circunstancias y el trasfondo del ataque -la manera en que se perpetró y las implicaciones públicas del hecho, respectivamente, así hayan afortunadamente fallado los criminales al intentar dañar al periodista- supusieron un desafío para el Gobierno de Sheinbaum, obligada a no dejar en la impunidad tan grave atentado.
Las autoridades capitalinas se han tomado las cosas seriamente. No hubo prisas artificiales, y pasadas tres semanas de los hechos los encargados de la Policía y de la Fiscalía, junto con la jefa de Gobierno, informaron la mañana del miércoles y durante 30 minutos detalles de una célula criminal ya bajo arresto que, por lo mostrado en los videos y fotografías, no puede ser otra que aquella que buscó dañar a Ciro.
Falta aún para que el crimen quede totalmente aclarado y castigado -entre otras cosas debe conocerse el móvil y los autores intelectuales-, pero la autoridad capitalina ese día demostró profesionalismo, compromiso y eficacia. Hicieron, en pocas palabras, pensar que la espera valió la pena y por tanto tienen la confianza ciudadana de que al correr de las próximas semanas tendremos noticias de que en este caso no habrá impunidad.
Esa es la Claudia Sheinbaum que hace honor a alguien que se presenta como una funcionaria con credenciales técnicas, carácter y dedicación. Una gobernante que está a la altura de los retos de la urbe más compleja del país. Entonces, ¿por qué tirar menos de 24 horas después toda esa imagen por la borda con un anuncio de militarización del Metro que no sólo parece una imposición de Palacio, sino que contrasta con el método usado en el caso de Gómez Leyva?
A diferencia del miércoles, ayer la jefa de Gobierno deslizó que lo que ha venido ocurriendo en el Metro son “hechos atípicos”. ¿A qué se refiere? No sabemos porque no lo informó. Por eso mismo, ¿cómo tener entonces confianza en que la solución o prevención de anomalías y percances en el sistema colectivo de transporte de la capital es meter al subterráneo a seis mil militares?
Esto va más allá de los símbolos, que de por sí son importantes. Porque la misma Claudia que en su momento dijo que en la capital no se necesitaría de la Guardia Nacional, hoy recurre a ella para vigilar no al crimen organizado -como en otros estados del país-, sino el Metro. La Ciudad de México, que tanto recela la actuación militar, ahora -con Gobierno que se dice de izquierda- militariza el Metro.
Lo peor es que el anuncio contradice lo que ella misma decía el miércoles, día en que destacó que su Gobierno tiene a la mejor Policía y a la mejor Fiscalía del país. Si eso es verdad y ni así pueden sin la Guardia Nacional, ¿entonces qué pasa en el Metro? ¿No estarán pensando en un Quinazo, verdad?
La Claudia del miércoles es buena gobernante, ¿quién es la del jueves?