Alfaro y su “felicidad plena”
La frase del ex gobernador Enrique Alfaro Ramírez resultó, por decir lo menos, de una enorme falta de empatía con el dolor que sufrían familias que apenas hace ocho meses aún gobernaba.
Y no me refiero, aunque la insensibilidad se muestra también por ello, a los miles de jaliscienses enlutados por los homicidios y el número sin precedentes de fosas clandestinas y desaparecidos que se registraron durante su sexenio y que colocaron a Jalisco como la Entidad donde más se cometía ese, el más doloroso de los delitos.
Cuando el ahora recién egresado del master en dirección de futbol de la escuela del Club Real Madrid de España, posteó la mañana de ayer en la red social “X”: “En mi tierra. Con quienes amo. Echándome un menudo de Chito. Felicidad plena”, como pie de foto en la que se le ve acompañado de su esposa e hija, una familia lloraba la muerte de su bebé Abigail, de apenas tres meses de edad, que se convirtió en la sexta víctima mortal de la temporada de lluvias. Otra familia buscaba desesperada a Vanessa, una joven de 23 años, que también desapareció durante las inundaciones de la noche del martes. En ese momento, solo habían encontrado la motocicleta en la que regresaba a casa.
También mientras Alfaro presumía en sus redes que disfrutaba plenamente feliz de su menudo, cientos de familias de las colonias La Martinica y Lomas de Tabachines, en Zapopan, sufrían una desolación plena tras haber perdido todo su patrimonio por la devastación que provocó la fuerte lluvia y el desbordamiento de una canal.
Por ese contraste de emociones entre el ex mandatario estatal y sus ex gobernados de esas colonias en tragedia, su mensaje para que se supiera que había regresado a Guadalajara luego de casi siete meses en Madrid, fue tomado también como una provocación y hasta una burla, por internautas que le mostraron su repudio y condena.
Aunque no se puede decir que Alfaro tenga responsabilidad plena en los desastres de esta semana por las lluvias, en algo contribuyó porque como alcalde de Tlajomulco y de Guadalajara, al igual que como gobernador, lejos de hacer algo importante para dotar de mayor equipamiento hidrosanitario al Área Metropolitana de Guadalajara, apoyó como nadie la voracidad inmobiliaria, que ha sido un factor decisivo para que cada tormenta la ciudad colapse y cada temporal se ponga en riesgo mortal a la población.
En fin, luego de ese desplante de felicidad en medio de la tragedia, lo menos que se puede esperar de Alfaro es que, con ese gran ánimo mostrado ayer, le explique a Jalisco lo que supo en septiembre del Rancho Izaguirre y por qué lo dejaron abandonado luego de haber detenido ahí a diez hombres con un cadáver y dos hombres secuestrados; o por qué pese a las inversiones millonarias en el Siapa, en su sexenio conocimos las aguas chocolatosas; y de paso los motivos de los jugosos contratos para su amiga Eli Castro, que celebró con su secretario de Hacienda Pública, y ahora Director de Pensiones, Juan Partido, sólo para saber algo más de los recientes escándalos de su legado.
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