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- “Si son muchos…”

Discutible como fue la decisión de abortar el operativo implementado para detener, con fines de extradición, a Ovidio Guzmán López -hijo de “El Chapo”- en Culiacán, hace una semana, las encuestadoras intentaron poner los puntos sobre las correspondientes íes. Así, “El Financiero” difundió el martes los resultados de una consulta telefónica a 820 personas, adultas, de nacionalidad mexicana, en las 32 entidades federativas del país, y con un margen de error estimado de +/-3.4%.

Estos fueron, a grandes rasgos, los resultados: la decisión de liberar al detenido para evitar una escalada de violencia mayor a la que ya había generado su detención, fue calificada como “correcta” por 39%, y como “incorrecta” por 51% de los encuestados; 56% de los entrevistados estima que “el crimen organizado” fue el ganador en esos hechos; 25% que considera que fue “la sociedad”, y 8% que piensa que fue “el gobierno”; 60% de los participantes estima que lo más importante que debe hacer la autoridad en materia de seguridad es “combatir al crimen organizado”, mientras 35% considera que la prioridad debe ser “evitar la violencia”.

De manera complementaria, sin perjuicio de que conserva márgenes de aprobación de 61% en honestidad y de 54% en liderazgo, el episodio ocasionó un descenso de cinco puntos (de 48 a 43%) en la imagen de capacidad del Presidente López Obrador para dar resultados.

-II-

Ahora bien: a falta de la posición que asuman otros contrapesos institucionales -o de que se les descalifique tildándolos de “adversarios” u otros epítetos-, si la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) merece ser calificada como organismo serio, imparcial y objetivo, ésta, en voz de su presidente, Luis Raúl González Pérez, emitió ayer su posición al respecto: “El cumplimiento de la ley no puede ser materia de negociación, ni las autoridades deben condicionar su actuación al grado de violencia que pueda tener (…) como respuesta de aquél al que se le intenta aplicar (…). El que el Estado busque la conciliación y la pacificación en el país, no implica que se claudique ante quien opte por el recurso de ejercer la fuerza, y se abandone a los servidores públicos encargados de hacer valer la ley y defender a las instituciones”.

-III-

Colofón: no se vale, pues, suscribirse a la arenga del general del cuento: “Si son muchos, le corremos; si son pocos, nos escondemos; y si no hay nadie, ¡adelante, mis valientes, que para morir nacemos…!”.

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