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- "Crisis de ideologías"

La celebración del nonagésimo cumpleaños del PRI se dio, esta vez, en familia. Sin el bullicio acostumbrado en los viejos tiempos; sin rebumbio ni multitudes; sin discursos grandilocuentes ni declaraciones triunfalistas; sin la profusión acostumbrada de desplegados de felicitación a sus dirigentes o a los gobernantes emanados de sus filas…

Está visto que “unos tiempos traen otros”. Lo que en otras circunstancias hubiera sido pretexto suficiente para que muchedumbres de mariachis, en toda la geografía nacional, secundaran a abigarradas concurrencias para corear, una y mil veces, estentóreamente, cerveza en mano,  “¡Pero sigo siendo El Rey…!”, sirvió esta vez para que algún socarrón sugiriera otra tonada: “Ayer maravilla fui, Llorona…, y ahora ni sombra soy…”.

-II-

Dicen los entendidos, a manera de explicación, que “asistimos a la crisis de las ideologías y al auge de los liderazgos”. Lo ejemplifican con los resultados, a todas luces sorpresivos, de los más recientes procesos electorales en Estados Unidos, México y Brasil. Que Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro, respectivamente, ganaran las elecciones presidenciales, con márgenes notables, en detrimento de los candidatos postulados por partidos “tradicionales”, es un fenómeno que mucho “politólogos”, tras rumiarlo penosamente, apenas empiezan a tragar… pero aún no digieren.

La hipótesis de que las ideologías están en crisis, es discutible. De hecho, la debacle de los partidos que, hasta el año pasado, ordinariamente partían el queso en las elecciones mexicanas, poco o nada tiene que ver con las ideologías. Ni el PRI, en las siete décadas de hegemonía propiciada por una legislación electoral plagada de imperfecciones, consiguió avances significativos a favor de la “justicia social” -uno de sus postulados predilectos… para no hablar del “Sufragio Efectivo…, etc.” que era uno de sus lemas-, ni el PAN, cuando las reformas a la Ley Electoral facilitaron la “alternancia”, supo ser congruente con el discurso de sus fundadores, de incorporar la ética al ejercicio de la política.

-III-

En lo que se comprueba si los partidos “históricos” resurgen de sus cenizas o se convierten en reediciones de “Lo que el Viento se Llevó”, quizá venga al caso una frase del ex presidente francés Georges Pompidou: “Hay tres causas que explican las derrotas en política: la primera es meterse en líos de faldas; la segunda, apostar en juegos de azar; la tercera, confiarse en el triunfo. Las dos primeras son placenteras…, pero la más segura es la tercera”.

(Moraleja del cuento: “Al que le venga el saco…”).

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