Internacional

Escala tensión entre Estados Unidos y Venezuela

Trump endurece presión con un bloqueo petrolero, amenazas militares y reclamos por activos expropiados. Los expertos  advierten de una crisis energética

La confrontación entre Estados Unidos (EU) y Venezuela entró en una fase crítica luego de que el presidente DonaldTrump endureciera su ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro, al exigir la devolución de activos petroleros expropiados a empresas estadounidenses y anunciar un “bloqueo” a los buques sancionados que transporten crudo hacia o desde el país sudamericano. La medida, acompañada por un despliegue militar sin precedentes en El Caribe, elevó el riesgo de una escalada regional con implicaciones económicas, diplomáticas y de seguridad. “Se llevaron todo nuestro petróleo y lo queremos de vuelta”, sentenció. Sus declaraciones provocaron que varios petroleros ya eviten atracar en puertos venezolanos, afectando una economía que depende casi por completo de la exportación de crudo.

El trasfondo del conflicto se remonta a la nacionalización del sector petrolero venezolano, primero en la década de 1970 y después bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Empresas como ExxonMobil y ConocoPhillips perdieron activos millonarios, y en 2014 un panel de arbitraje internacional ordenó a Venezuela pagar mil 600 millones de dólares a Exxon, deuda que, según expertos, no ha sido liquidada.

Sin embargo, el componente energético se ha mezclado con acusaciones más graves. Trump y su equipo sostienen que el gobierno de Maduro utiliza el petróleo para financiar el narcotráfico y otras actividades criminales. En ese contexto, fuerzas estadounidenses incautaron la semana pasada un petrolero frente a las costas venezolanas y han intensificado operaciones navales en El Caribe y el Pacífico oriental. Estas acciones han dejado al menos 95 personas muertas, lo que ha generado cuestionamientos legales sobre el uso de la fuerza.

Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, endureció más el discurso al calificar la nacionalización venezolana como “el mayor robo de riqueza estadounidense en la historia”, y afirmó que esos recursos fueron usados para “financiar terrorismo y drogas”. La retórica ha reforzado la percepción de que Washington no descarta medidas más agresivas, incluidas operaciones en tierra, posibilidad que Trump ha dicho estar evaluando, pero ayer evitó mencionar esas acciones en un informe de su primer año, aunque sí anunció un bono especial de mil 776 dólares para 1.4 millones de militares de Estados Unidos, como reconocimiento a las Fuerzas Armadas y en un contexto de presión internacional.

Desde el ámbito económico, el analista Philip Verleger subrayó que “Venezuela le debe ese dinero a Exxon y no hay indicios de que lo haya pagado”, lo que mantiene abierto un frente legal que Estados Unidos podría usar como justificación adicional para su presión. A la par, Chevron mantiene una licencia especial para operar en Venezuela. 

En el plano diplomático, Caracas reaccionó con dureza. Maduro calificó las declaraciones de Trump como una “pretensión guerrerista y colonialista” y aseguró que Venezuela continuará exportando petróleo. Solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y denunció la incautación de buques como un acto ilegal. Naciones Unidas, por su parte, llamó a la moderación y al respeto del derecho internacional para evitar un deterioro mayor de la estabilidad regional.

“El conflicto EU-Venezuela es político y económico, no militar”

Las tensiones entre Donald Trump y el gobierno de Nicolás Maduro se intensificaron tras el aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe y el anuncio de un bloqueo al tránsito de buques petroleros que entren o salgan de Venezuela. La medida forma parte de una estrategia de presión directa impulsada por el mandatario republicano contra la administración venezolana.

La escalada se hizo más evidente la noche del 16 de diciembre, cuando Trump afirmó en su red Truth Social que el Gobierno de Maduro utiliza el petróleo extraído de lo que calificó como “yacimientos robados” para financiar actividades delictivas.

En el mismo mensaje, aseguró que “Venezuela está completamente rodeada por la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica”, y anunció la designación del régimen venezolano como organización terrorista internacional.

La respuesta de las autoridades venezolanas no se hizo esperar. El Gobierno de Nicolás Maduro, junto con el Poder Legislativo y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, calificaron las amenazas del presidente de Estados Unidos como “graves y temerarias”, al considerar que atentan contra la soberanía del país.

Especialistas coinciden en que este tipo de mensajes forman parte de una estrategia recurrente de la administración Trump, que utiliza el discurso de la seguridad nacional, el combate al narcotráfico y la lucha contra el terrorismo como herramientas para incidir en las decisiones políticas y económicas de otros países.

Este enfoque se reforzó en semanas recientes. El pasado 24 de noviembre, Trump anunció la designación del llamado Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, al asegurar que era liderado por Nicolás Maduro. A ello se suma la destrucción de 25 embarcaciones en el Caribe, presuntamente vinculadas al tráfico de drogas con destino a Estados Unidos desde el 2 de septiembre.

Para la analista geopolítica Stephanie Henaro, el trasfondo del conflicto va más allá del discurso de seguridad.

“La seguridad es la justificación, pero este conflicto debe analizarse desde una perspectiva multipolar. El objetivo es debilitar a Maduro y dificultar las relaciones comerciales de Venezuela con países como China, Rusia e Irán. Es una disputa política y económica, más que un conflicto militar”, explicó.

De acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Venezuela produce entre 800 mil y 1.1 millones de barriles de crudo al día. En este contexto, la especialista señala que el bloqueo impulsado por Estados Unidos busca cerrar rutas marítimas estratégicas, endurecer sanciones, ampliar el control del espacio aéreo y restringir el comercio energético, particularmente el petrolero, donde China es uno de los principales socios de Venezuela.

“Cerca de la mitad de las exportaciones petroleras venezolanas del último año tuvieron como destino el mercado chino, lo que explica la reacción crítica de Pekín ante las amenazas de Washington”, apuntó.

Por su parte, Ernesto Castañeda, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University, señaló que este tipo de presiones no solo buscan aislar a Venezuela, sino enviar un mensaje geopolítico más amplio sobre el control de Estados Unidos en América Latina.

Muestra de ello es la cercanía de Donald Trump con el presidente de Argentina, Javier Milei; el reciente indulto otorgado por Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico, y la ayuda que ofreció el Gobierno de Estados Unidos a la política opositora al régimen de Maduro, María Corina Machado, para salir de Venezuela el pasado 10 de diciembre.

Ante la escalada de tensión entre Estados Unidos y Venezuela, la Presidenta Claudia Sheinbaum pidió a la Organización de las Naciones Unidas que asuma su papel, al señalar que “no se le ha visto” como mediador entre ambos países.

Donald Trump. El presidente destacó los logros de su primer año de regreso al poder. EFE. J. Lo Scalzo

Anuncia bono a más de un millón de militares

El presidente de EU, Donald Trump, anunció ayer en un discurso televisado a la nación que otorgará a un millón 450 mil miembros de las Fuerzas Armadas un “bono especial”, que llamó “dividendo del guerrero”, por valor de mil 776 dólares, cifra simbólica que hace referencia al año de la fundación del país.

“Después de reconstruir las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante mi primer mandato (2017-2021), y con las incorporaciones que estamos realizando en este momento, contamos con el Ejército más poderoso del mundo”, aseguró Trump en su alocución, destinada a subrayar los logros de su primer año de regreso al poder en un momento de baja popularidad en los sondeos debido al alto coste de la vida en EU.

“Nadie lo merece más que nuestras fuerzas armadas”, dijo Trump, que aseguró que el país registra ahora un número récord de alistamientos, frente a lo que calificó como “una de las peores cifras de reclutamiento en la historia de nuestro Ejército” durante el último año de Gobierno de su predecesor, Joe Biden.

El discurso de Trump llega después de que ayer el republicano elevara aún más la presión sobre el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmando que bloqueará a todos los petroleros sancionados que lleven o traigan crudo del país caribeño.

El presidente estadounidense, que en septiembre ordenó un despliegue militar masivo en el Caribe con el objetivo de detener el tráfico de drogas que, según él, financia Caracas, aseguró ayer que el Ejecutivo venezolano ha robado yacimientos de crudo y activos estadounidenses, haciendo aparente referencia a las expropiaciones ejecutadas durante el Gobierno de Hugo Chávez.

A su vez, Trump ha dicho en los últimos días que EU pronto comenzará a realizar ataques terrestres sobre grupos narcotraficantes en territorio venezolano, aunque su propia jefa de gabinete, Susie Wiles, admitió en una entrevista publicada ayer que el mandatario necesitaría la autorización del Congreso para mover fichas en este sentido.

En todo caso, el magnate neoyorquino no mencionó una sola vez a Venezuela en su discurso de hoy, una alocución de menos de 15 minutos en la que destacó su lucha contra la inmigración, la aplicación de aranceles a otros países y la rebaja de la inflación, así como la subida de salarios, supuestos logros que repite continuamente en sus intervenciones públicas.

EFE
 

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