Una cita con la marca de la polémica
Dada la naturaleza de su sede, la Copa del Mundo ha estado inmersa en situaciones extracancha
Corría el año 2010 y la FIFA, con polémica incluida, le otorgó a un país “extraño” para el mundo del fútbol la sede del Mundial 2022. A partir de entonces han sido muchos los dimes y diretes sobre la organización, estructura, fecha y calendarios sobre el torneo deportivo más importante en el mundo que mañana se inaugura en Qatar.
Ubicado en la península arábiga y con 2.9 millones de habitantes, Qatar tiene como capital a Doha, su moneda es Riyal qatarí y su idioma oficial es el árabe; y hoy está listo para recibir a miles de aficionados al fútbol.
Conforme fueron pasando los años y el Mundial se fue acercando, la organización se ha visto empañada por la polémica, incluidas las acusaciones de corrupción y violaciones de los derechos humanos cometidas desde que se anunció como sede hace 12 años.
El primero de los factores polémicos en esta designación fue la temperatura que reinaría en Qatar en los meses de junio y julio, fechas tradicionales para los Mundiales y que en la nación de Oriente Medio los termómetros marcan más allá de los 40 grados centígrados, de ahí que la FIFA, junto al Comité Organizador, determinaron que este Mundial disputara entre noviembre y diciembre.
Este cambio de fechas hizo que las diferentes Ligas a lo largo y ancho del planeta tuvieran que cambiar sus calendarios, originando lesiones, falta de organización y muchos conflictos de intereses que hoy ponen a la FIFA de cabeza.
Pero quizá ese sea el menor de los males de un Mundial que antes, durante y después tiene una etiqueta maligna que le será difícil borrar.
La mancha de la corrupción
Una vez que se hizo oficial la designación de Qatar como sede de la Copa del Mundo, comenzaron a sonar cada vez más fuertes las acusaciones de sobornos y corrupción para la venta de votos por parte del Comité Ejecutivo de la FIFA y así darle su respaldo a esta candidatura.
Tales acusaciones llegaron a oídos del FBI y de inmediato se tomaron acciones sobre el entonces presidente Joseph Blatter y algunos otros dirigentes de pantalón largo inmiscuidos en el tema.
Restricciones a la diversión
El comité organizador, el gobierno qatarí y la FIFA han externado de manera oficial que la venta de cervezas ha quedado prohibida antes, durante y después de cada uno de los partidos, además de que no se podrá vender adentro de los estadios, ni en sus alrededores.
El único lugar en donde estará permitido beber alcohol, será en los Fan Fest impuestos por la FIFA, sin embargo, la violación a esta norma podría derivar en tiempo en prisión para el infractor.
Golpe a los derechos humanos
Qatar se ha enfrentado a duras críticas de parte de grupos de defensores de los derechos humanos por el trato que el país y la organización de la Copa del Mundo le ha dado a los trabajadores inmigrantes, que junto con otros extranjeros constituyen el grueso de la población del país.
Además, muchos artistas, futbolistas y personalidades se han manifestado en contra a las costumbres y la falta de estos derechos humanos, por lo que para la inauguración algunos se negaron a participar y otros llamaron a boicotear el evento.
Discriminación palpable
La homosexualidad es ilegal en el conservador país islámico y algunos futbolistas han planteado su preocupación por los aficionados que viajan al evento, especialmente las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) y las mujeres, a quienes las leyes qataríes discriminan, según los grupos defensores de los derechos humanos que han monitoreado los pasos que ha tomado la organización de esta Copa del Mundo en torno a dichos aspectos.
CT