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Los japoneses, una afición ejemplar

Las imágenes de fanáticos nipones recogiendo su propia basura en los estadios rusos tras presenciar los partidos de su Selección causaron sensación

Una vez terminada la fiesta, empieza la limpieza. Al menos así ocurre con los japoneses. El civismo de aficionados nipones en el  Mundial de Rusia, donde dejaron impolutas las gradas incluso tras una amarga derrota, sorprendió al mundo, mientras que en Japón esta práctica inculcada desde la infancia es vista con total normalidad.

Las imágenes de hinchas japoneses recogiendo su propia basura en los estadios rusos tras presenciar los partidos de la Selección causaron sensación en las redes sociales y acapararon la atención de medios internacionales, al igual que una fotografía del inmaculado vestuario de los “Samurai Blue” tras el choque ante Bélgica.

Aunque se trata de escenas habituales cada vez que Japón participa en competiciones deportivas internacionales, en esta ocasión el modélico comportamiento de los nipones fue, si cabe, más impactante a ojos extranjeros si se tiene en cuenta el dramático desenlace del partido de Octavos de Final.

El país asiático acariciaba el sueño de acceder a Cuartos por primera vez en su historia al imponerse por 2-0 cuando restaban 20 minutos de partido ante una Bélgica que partía como favorita, pero los Diablos Rojos lograron una remontada épica culminada en el último suspiro.

Tras despedir con una ovación a sus jugadores, los hinchas nipones recogieron sus desperdicios en bolsas que ellos mismos habían llevado.

Los futbolistas respondieron con reverencias a la grada y posteriormente dejaron su vestuario impecable y con un mensaje que decía “Gracias” en ruso, según mostraba una foto compartida en las redes sociales por personal de la FIFA y que se hizo viral.

Las alabanzas generadas en todo el mundo por este comportamiento de los japoneses fueron recibidas a su vez con gran sorpresa y cierto orgullo en el país asiático.

“Puede que sea llamativo fuera de Japón, pero para nosotros es lo normal. Lo anormal sería ir dejando basura allá por donde vas, y dar esa mala imagen en un país que no es el tuyo”, dice Yumi Takada, una nipona de 61 años.

Toko/EFE

EL DATO
Una tradición

Para los japoneses, la limpieza de los espacios públicos tiene tanto de tradición como de obsesión, al tratarse de un deber interiorizado desde que a los seis años se les obliga a limpiar las aulas después de clase, así como el material e instalaciones deportivas.

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