Cultura

"Martínez", la película tapatía que conquistó Tokio

Ópera prima de la directora Lorena Padilla, la película tapatía tuvo un éxito inusitado en las salas de cine de Tokio, conectando las vidas y las soledades de dos mundos no tan distintos 

"Martínez", de Lorena Padilla, es un largometraje mexicano, tapatío, que por medio de un balance entre el drama y la comedia -como lo es la vida misma-, narra la historia de un contador chileno, avezado a las costumbres de la soledad, y que ha encontrado cierto sosiego en la monotonía de sus años y de lo cotidiano. No obstante, su vida apacible se trastoca cuando lo revelan que pretenden jubilarlo del oficio al que se ha entregado durante los últimos cuarenta años, y mientras atraviesa esa incertidumbre, la muerte de una de sus vecinas, y el descubrimiento de su diario, llevará a Martínez a vivir su vida a través de las páginas, resignificando no solo su propia soledad, sino el porvenir mismo, y toda la vida que aún le queda por vivir.

Si bien la película se estrenó en el Festival Internacional del Cine en Guadalajara (FICG), y ganó el premio Hecho en Jalisco, sigue siendo un metraje vivo que conecta historias y vivencias, ya no solo en Jalisco y en México, sino en países distantes y lugares del mundo más allá de los océanos; recientemente "Martínez" tuvo un estreno comercial en Tokio Japón, triunfando durante dos semanas consecutivas en cartelera, lo cual ha resultado en una gran sorpresa para la directora Lorena Padilla, pues nunca creyó que una película que ella concibió tan mexicana y tan tapatía pudiera resonar con el público de latitudes tan recónditas.

Gracias a sus distribuidores, que lograron llevar su película a los cines de Tokio, "Martínez" se estrenó en sales de cines comerciales junto a películas como "Jurassic Park". Cuando Lorena Padilla viajó a esta ciudad remota para ser testigo de lo inesperado, y vio las salas llenas y los boletos vendidos, llegó a creer que los japoneses se habían equivocado de película. Pero la realidad la aterrizó: "Martínez" estaba triunfando, fascinando a los tokiotas, por representar para muchos de ellos la primera película mexicana que veían en sus vidas, pero sobre todo por conectar con la historia del contador solitario en la incertidumbre de sus días.

La directora Lorena Padilla. CORTESÍA

"La verdad es que no lo puedo creer. Cuando me dijeron que la película sería estrenada allá yo creí que sería un poco como ir a festivales", comparte la directora en conversación con EL INFORMADOR. "Pero fue un estreno comercial, no en salas independientes, sino en cines comerciales. Mi película estaba siendo proyectada junto con películas de Estados Unidos, o japonesas, y no es como que allá haya un público que me conozca, o que yo sea famosa allá. Entonces cuando me entero de que las salas estaban en "sold-out", yo le decía a la distribuidora, quizás se equivocaron de sala, tal vez no vienen a la nuestra. Y se morían de risa, porque muchas personas me dijeron que era su primera película mexicana que habían visto. Lo que les interesaba era el tema".

"Martínez" se presentó en Tokio en español, con subtítulos en japonés. Otro shock cultural para Lorena Padilla fue que allá la costumbre dicta que, dentro de la sala de cine, no se llora, ni se ríe, tampoco se platica, e incluso los suspiros pueden resultar no solo inoportunos, sino de mala educación. Es decir: una inmersión total en la pantalla. Los distribuidores le explicaron a la directora que no se alarmara por este comportamiento, pues en Japón es la norma, pero terminadas las funciones, los japoneses demostraron su amor y entusiasmo con el filme, compartiendo con Lorena Padilla sus experiencias personales, sus interpretaciones sobre la soledad y la vida, la manera en que una película mexicana les había resonado con su cotidianidad.

"Después de las funciones hubo un Q&A y eventos donde venden unos libros hermosos de la película, y la gente los compraba y hacía fila para que yo los firmara. Ahí me hablaban. Yo estoy acostumbrada a estar detrás de cámara, entonces no entendía nada. Era muy interesante. Yo tenía una traductora, y las cosas que me decían me impresionaban mucho: cómo habían conectado con una película que, para mí, es tan tapatía y tan chiquita en el sentido en el que no es un blockbuster. Una señora salió de la sala, y me dijo, "yo me acabo de retirar, quiero vivir una segunda vida. Gracias por su película".

"Yo tenía la idea de que los japoneses eran muy fríos, y la verdad es que no: son muy respetuosos, y sienten muchísimo. Me contaban cosas súper personales que yo pensaba: “Wow, ¿cómo me están contando esto a mí?” Una señora me dijo: “Yo me acabo de retirar y me identifico completamente con Martínez. Tengo muchísimo miedo de esta nueva etapa. ¿Qué soy yo ahora que ya no trabajo?” Resonaban con eso, con la idea de que el trabajo es lo que te define. También resonaban con la soledad, pero lo veían de manera diferente: una cosa es estar solo y otra cosa sentirse solo. Lo tomaban de manera muy poética".

El poster japonés de "Martínez". CORTESÍA

Lorena Padilla quedó impresionada con la mirada dedicada de los japoneses, que captaron detalles que otros espectadores no habían encontrado en su película, pero sobre todo, con la manera en la que pudieron conectar tan profundo con personajes que ella concibió tan mexicanos, tan tapatíos. Que "Martínez" triunfara en Tokio también fue, además de derribar sus propias inseguridades, una reafirmación de su propia labor como directora, como guionista y como creadora, en un entorno competitivo y machista.

"La verdad, los japoneses tenían una mirada muy atenta a los detalles, muy profunda. Me impresionó muchísimo. Nunca pensé que fueran a identificarse con personajes que para mí son súper mexicanos. De hecho, siento que la película es muy mexicana, y sobre todo muy tapatía, ni siquiera tan mexicana en general", dice Lorena Padilla. "Me dio mucho gusto ver esa conexión. Como directora —sobre todo mujer—, la industria en México sigue siendo muy competitiva y machista. Y siempre te estás cuestionando: “¿Seré buena directora?” Tienes el síndrome del impostor. Pero ahí sí me dio validación, sí sé dirigir, sí sé escribir.

"La película sigue viva y me ha dado muchísimas cosas. He ido a todos los festivales a los que me invitaron: en Estados Unidos, Europa, Canadá. Pero la experiencia del estreno comercial sí es diferente. Yo me muero de ganas de tener el estreno comercial acá en México, la verdad. Esto ha sido muy bonito".

Lorena Padilla junto a fanáticos de Tokio. CORTESÍA

FS

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