Cultura

De la moda, lo que te acomoda

Un viaje por la moda revela cómo la ropa influyó en la salud y libertad de niños y mujeres

Las tendencias de la moda de la cultura occidental, además de responder a criterios estéticos, han estado marcadas por normas políticas, ambientales, pensamientos filosóficos y religiosos, de clase social e incluso de salud. En este artículo se aborda de forma breve cómo ciertas prendas no solo marcaron una pauta visual, sino que tuvieron implicaciones para mujeres y niños. La moda es cíclica. Por ejemplo, el corsé o cotilla fue popularizado por la reina Catalina de Médici (1519-1589) durante el siglo XVI. En la actualidad, las mujeres lo siguen utilizando con nuevas interpretaciones, tanto en materiales como en finalidades. En el caso de los niños, la moda también ha evolucionado. Ahora tienen acceso a una diversidad de propuestas que los distinguen de los adultos, con mayor libertad de elección y nuevas formas de expresión derivadas, entre otras cosas, de la globalización.

Algunos autores advirtieron de posibles afectaciones en la salud que algunas prendas podían provocar tanto a las damas como a los niños, y aportaron comentarios muy valiosos para corregir esta situación. Por un lado, el francés Juan Jacobo Rousseau, filósofo (1712-1778), quien en su obra Emilio, o de la Educación, señaló que las fajas y vendas con que las madres sujetaban a los recién nacidos, con la intención de corregir posturas y evitar deformaciones del cuerpo, en realidad afectaban la circulación de la sangre, estorbaban el crecimiento y fortalecimiento del cuerpo e incluso podían alterar su constitución.

Al contrario de la costumbre predominante durante varios siglos, Rousseau proponía usar un traje sencillo y cómodo que permitiera a los niños moverse con libertad, que se ajustara a las necesidades de cualquier niño, quienes necesitan mayor libertad de movimiento, lo que resultaba esencial para su desarrollo físico y emocional, pues están llenos de energía y requieren tener facilidad para correr, jugar o brincar.

Por su parte, Ignacio Mariano Martínez de Galinsoga (1756-1797), botánico y médico al servicio de la reina María Luisa de Parma (1751-1819), comentó que el uso del corsé era perjudicial para la salud. Martínez de Galinsoga elaboró el tratado Demostración mecánica de las enfermedades que produce el uso de las cotillas. En esta obra explicó el daño que esta prenda causaba a las mujeres: al ajustar con exageración el pecho con la finalidad de hacer más delgada la silueta, dificultaba el movimiento, comprimía el torso y reducía la capacidad pulmonar; por ello proponía su eliminación.

Esas ideas ilustradas encontraron respuesta e influyeron para el cambio de los patrones de moda femenina; paulatinamente, a las mujeres se les permitió vestir con prendas más cómodas. El atuendo de los niños, que era semejante al de los adultos, también tuvo modificaciones; algunas escuelas inglesas adoptaron un nuevo conjunto compuesto de un pantaloncillo más holgado y chaquetín, con el que podían jugar y saltar, colocando a los más pequeños a la vanguardia de la moda.

Curiosamente, los niños y mujeres de clases sociales bajas de esa época, alejados del ideal estético, al vestir más simple, gozaban de mayor libertad de movimiento, estaban más cerca de los principios ilustrados y más acordes al refrán que dice: “De la moda, lo que te acomoda”, revelando así que las prendas expresan tendencias estéticas, valores sociales y concepciones sobre el cuerpo y la salud.

Para saber

Esta entidad está compuesta por aspectos de índole multicultural que durante su proceso evolutivo ha forjado de manera distintiva su identidad. Sus habitantes como parte esencial de sus componentes producen la herencia cultural material e inmaterial, representada por su entorno natural, arquitectura, urbanismo y tradiciones, los cuales, se encuentran sujetos a un proceso constante de adaptación a los tiempos modernos.
 

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