Tecnología
Reserva de la Biosfera de Doñana es ya un laboratorio accesible por Internet
El proyecto finalizará en 2009 tras cuatro años de trabajo y una inversión de 1,8 millones de euros
Espacio Natural de Doñana, ESPAÑA.- Una red tecnológica de más de mil sensores remotos está transformando el Parque de Doñana, - Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera -, en un laboratorio global al que se puede acceder libremente por internet.
Así lo ha explicado a Efe el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Ramón Soriguer, que trabaja en la Estación Biológica de Doñana (sur) y es responsable de la creación de una instalación científica y técnica en ese espacio natural.
Se trata de desplegar en el corazón de Doñana un millar de sensores remotos, cámaras de televisión e infrarrojas y otras infraestructuras tecnológicas que se conectan entre sí en tiempo real por decenas de kilómetros de fibra óptica o por enlaces de radio, GPS y satélite, y a las que se puede acceder libremente por internet.
El proyecto finalizará en 2009 tras cuatro años de trabajo y una inversión de 1,8 millones de euros.
Los más de mil terminales tecnológicos desplegados incluyen sensores remotos que obtienen y transmiten en tiempo real cientos de indicadores convencionales: temperatura, humedad, viento o lluvia y otros, más sofisticados, relativos a fisiología y metabolismo de plantas y suelos o flujos de carbono, entre otros.
Esta malla también actúa como una "unidad de vigilancia intensiva" del ecosistema de Doñana, explica Soriguer, permite el seguimiento en tiempo real de vertebrados e insectos y también puede actuar como una red de alerta de posibles contingencias como inundaciones, actividades humanas o episodios de contaminación.
Se podrá acceder a imágenes en directo, tanto diurnas como nocturnas, obtenidas por una docena de cámaras de vídeo, y también a un centenar de parámetros sobre flujos de carbono o la actividad biológica de suelos y plantas, que incluyen desde su flujo de savia al crecimiento de tallos y de troncos.
Estos indicadores y el valor excepcional de Doñana convierten a esta estructura en un laboratorio global estratégico para el estudio del cambio global.
Según Soriguer, esta red tecnológica facilita el trabajo de los científicos, que pueden conectarse por teléfono y por internet dentro del espacio protegido y que han reemplazado sus tradicionales libretas de campo por modernas PDA; así como su seguridad, ya que tanto ellos como los vehículos en los que se desplazan están localizados permanentemente vía satélite.
Así lo ha explicado a Efe el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Ramón Soriguer, que trabaja en la Estación Biológica de Doñana (sur) y es responsable de la creación de una instalación científica y técnica en ese espacio natural.
Se trata de desplegar en el corazón de Doñana un millar de sensores remotos, cámaras de televisión e infrarrojas y otras infraestructuras tecnológicas que se conectan entre sí en tiempo real por decenas de kilómetros de fibra óptica o por enlaces de radio, GPS y satélite, y a las que se puede acceder libremente por internet.
El proyecto finalizará en 2009 tras cuatro años de trabajo y una inversión de 1,8 millones de euros.
Los más de mil terminales tecnológicos desplegados incluyen sensores remotos que obtienen y transmiten en tiempo real cientos de indicadores convencionales: temperatura, humedad, viento o lluvia y otros, más sofisticados, relativos a fisiología y metabolismo de plantas y suelos o flujos de carbono, entre otros.
Esta malla también actúa como una "unidad de vigilancia intensiva" del ecosistema de Doñana, explica Soriguer, permite el seguimiento en tiempo real de vertebrados e insectos y también puede actuar como una red de alerta de posibles contingencias como inundaciones, actividades humanas o episodios de contaminación.
Se podrá acceder a imágenes en directo, tanto diurnas como nocturnas, obtenidas por una docena de cámaras de vídeo, y también a un centenar de parámetros sobre flujos de carbono o la actividad biológica de suelos y plantas, que incluyen desde su flujo de savia al crecimiento de tallos y de troncos.
Estos indicadores y el valor excepcional de Doñana convierten a esta estructura en un laboratorio global estratégico para el estudio del cambio global.
Según Soriguer, esta red tecnológica facilita el trabajo de los científicos, que pueden conectarse por teléfono y por internet dentro del espacio protegido y que han reemplazado sus tradicionales libretas de campo por modernas PDA; así como su seguridad, ya que tanto ellos como los vehículos en los que se desplazan están localizados permanentemente vía satélite.