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Poder bajo control

26 caballos más y la capacidad de atracción de siempre, son una mezcla irresistible

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUL/2010).- Es una pena que la mayoría de los que pueden comprar un auto como el Camaro, prefieran una caja de cambios automática, porque con la manual que probamos, este auto se muestra aún más interesante.

El recién retirado Bob Lutz, quien fue vice-presidente de producto de General Motors, dijo un día que “autos feos no venden”. Tenía toda la razón. Tal vez, empero, le haya faltado agregar que un auto bonito, vende hasta cuando no es bueno. Porque cuando lo es, como en el caso del Camaro, el único problema puede ser la capacidad de producir todos los que se necesitan para atender a la demanda.

El nuevo Camaro ya probó que es un éxito absoluto. Desde que era concepto, llamó la atención de propios y extraños, quienes reconocían en su silueta la de un auto ganador. GM, más precisamente la marca Chevrolet, tuvo el acierto de dejar que el producto final respetara prácticamente todo lo que sugería el concepto. Por si fuera poco, su estrategia de mercadotecnia, al asociarlo con la película juvenil “Transformers”, lo hizo blanco de las miradas hasta de quienes normalmente no se importaría mucho por ningún coche. Así, más de un año después de su lanzamiento, el Camaro aún hace voltear las cabezas de todos a su paso, con su mirada inquisidora, su cuerpo musculoso y el recerco de “Bumblebee”, el héroe del mencionado filme.

Ahora, un poco por sentir su manejo y mucho más por deseos de volver a conducir un Camaro, lo pedimos de nuevo a General Motors de México, con el pretexto de sentir cómo se conduce la versión SS con caja manual.

Como ya no es necesario hablar de sus formas, pasemos rápidamente a su interior. En la versión que probamos, conocida por el muy poco interesante nombre de “paquete B”, destaca la opción por los asientos forrados de piel color naranja, junto con insertos del mismo tono, sobre un plástico muy brillante, en las puertas y en el tablero. El conjunto le confiere al auto un aspecto muy extrovertido, que podría ser exagerado si se tratara de otro coche, pero que va muy bien en el Camaro. De hecho, esa elección ayuda a apagar un poco el golpe que se siente entre lo que sugiere su magnífico exterior, con la calidad, digamos, económica de los plásticos del tablero y de la consola.

El espacio delantero es bueno y el trasero prácticamente inexistente. Ponga el asiento lo más adelante que pueda y habrá dejado lugar atrás para, cuando mucho, dos niños. La visibilidad mala en todas las direcciones. El asiento queda muy bajo y subirlo, al menos para alguien con más de 1.80 metros de altura, significa golpear la cabeza contra el techo. Bajarlo, hace que la visión hacia el frente sea muy limitada, lo que en un coche con un cofre tan largo como el cabello de un futbolista argentino, quita agilidad a la conducción. Hacia los lados tampoco se ve mucho, gracias al área acristalada demasiado chica y a los pilares muy gruesos, tanto el delantero como, claro, el trasero.

Pero gire la llave y salga manejando un Camaro, para que en media cuadra ya le haya perdonado todos sus defectos. Primero, por el grave ronco de su máquina, que estimula más que un café cubano en la mañana. Luego, porque cuando ponemos primera y saquemos el pedal del embrague, tenemos que agarrarnos al volante para contener el empuje de las ruedas traseras, gritando al mundo el tropel de sus 426 caballos de fuerza y 420 libras-pie de torque. Ahí, comienza la diversión.

Como buen “Pony Car”, el Camaro es un auto diseñado para complacer al amante del torque sobre la potencia, el que disfruta llegar al siguiente semáforo antes que nadie. Sin embargo, con una suspensión trasera independiente, éste Chevrolet se alza como el más manejable y estable de los tres ocupantes de su categoría. Es, de lejos, el que mejor se lleva con las curvas y los pisos irregulares. Justamente o que más tenemos por aquí.

¿Y la caja, Apá?, Se preguntarán ustedes, recordando un célebre anuncio de la Cheyenne. Bien, gracias, les contestaremos. Elegir el cambio manual de seis velocidades sobre el automático, es hacer una opción de poder sobre la comodidad. Y también de control. Primero, porque con una caja manual, es mucho más sencillo tener el auto exactamente cómo queremos y en el momento que queremos. Pero también porque en el caso del Camaro V8, la caja manual viene con un bono de 26 caballos de fuerza y 10 libras-pie de torque, todo extra. Esto se traduce en una aceleración aplastante, que empuja nuestra cabeza contra el asiento y tarda 6.11 segundos para alcanzar los 100 km/h.

La caja tiene también sus detalles. No es tan precisa como quisiéramos y a veces ponemos cuarta velocidad en lugar de segunda. Lo bueno es que los músculos del Camaro nos hacen apenas percibir el error y aún en cuarta, el coche arranca como muchos no lo hacen ni siquiera en primera.

¿Vale la pena el SS manual? Para el que quiere desempeño sobre cualquier otra cosa, sin duda. Además, el que lo compre ahorrará 15 mil pesos sobre el SS automático. Hay que decir, sin embargo, que el Camaro es un gran coche en cualquiera de sus versiones, incluso con motor V6 (que cuesta 68 mil pesos menos que el SS) y que la diferencia entre las tres combinaciones de motor y caja, termina por ser sólo una cuestión de gustos, o de presupuestos. ¿Nosotros? Con cualquiera seríamos más que felices.

EL INFORMADOR/ Sergio Oliveira

Ficha técnica

Chevrolet Camaro SS Manual
 
Motor: Frontal longitudinal; ocho cilindros en V; 6.2 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 426 cv @ 5,900 rpm / Torque: 420 libras-pie @ 4,600 rpm.
 
Tracción: Trasera.
 
Transmisión:
Manual de seis velocidades (6+R).
 
Suspensión:
Delantera – Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

 
Frenos:
De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).

 
Dirección:
De piñón y cremallera, con asistencia variable.
 
Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
4,836 / 1,918 / 1,377
Distancia entre ejes: 2,852 mm.
Peso: 1,751 kilogramos.
Tanque- 72 litros.
Cajuela- 320 litros.

 
Precio:
509 mil pesos
 
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h en 6.11 segundos

Frenado de 100 km/h a 0 en 39 metros

Cuarto de milla en 14.2 segundos a 159 km/h
Velocidad máxima observada: 270 km/h 

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