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Esperada evolución
Finalmente Ford acercó la Explorer a los autos, alejándola de las pickups
GUADALAJARA, JALISCO (09/ABR/2011).- La reina de los años 90 finalmente evolucionó. La Ford Explorer, la camioneta utilitaria que todos queríamos tener en sus primeros años de vida, cambió radicalmente. En la mayoría de los casos, para mejor.
Casi 450 mil personas compraron una Ford Explorer en Estados Unidos en el año 2000. Esto la hacía el segundo vehículo más vendido en el entonces mayor mercado del mundo (hoy es China). Más que la Explorer sólo la F-150 (Lobo, en México). Apenas por debajo de ella, el Toyota Camry, que ahora es el sedán de mayor venta en le Unión Americana. Era un tiempo donde las camionetas necesitan mostrarse rudas, por esto usaban bases de pickup, o la carrocería sobre un chasis tubular. Así eran también sus rivales como la 4 Runner, la Grand Cherokee o la Pathfinder. Los tiempos cambian y el que no evoluciona, se queda. Ford tardó, pero terminó por entender que el futuro de la Explorer ya no descansaba sobre un chasis tubular. Ahora la camioneta usa la plataforma que por primera vez se usó en el Volvo S80 de 1998, que sigue vigente en vehículos como el Lincoln MKS o los Ford Taurus y Flex.
Espacio no muy bien distribuido
Al ser 9.4 centímetros más larga y 13.2 centímetros más ancha que su antecesora, la Explorer es mucho más imponente por fuera. Se ve sólida, alta, poderosa. Desde algunos ángulos, su trasera puede recordar a una Land Rover, lo que pudo no haber sido hecho con alevosía y ventaja, pero no es exactamente algo de que los dueños de este Ford vayan a reclamar.
Por dentro, el mayor espacio es muy perceptible en la primera fila de asientos. Pero incluso ahí ya salta a la vista un diseño que nos parece incorrecto. Los asientos son más angostos de lo que podrían ser, tal vez para ahorrar peso. Pero esto compromete el confort. Luego, quedan muy lejos de las puertas y esto hace que el descansa-brazos de éstas quede tan lejos que pierde su función.
En la segunda fila, otro error. Si los asientos delanteros están muy atrás, no hay espacio para piernas. Es más, ni siquiera se logra abatir los asientos de la segunda fila, porque las cabeceras lo impiden al chocarse contra los respaldos delanteros. Nos es difícil entender por qué Ford no hizo estos asientos con su base ajustable, como en la Toyota Highlander, por ejemplo. Probablemente fue por una cuestión de costos, aunque cuando vemos que la Explorer Limited vale más de 660 mil pesos, ese argumento se derrumba.
La tercera fila, curiosamente, es mejor de lo que esperábamos, pero como en casi todos los vehículos de su tipo, están hechas para niños o trayectos cortos.
Equipo generoso
Lo que sí es abundante es el equipo de la Limited. Ahí está todo lo que uno espera de un vehículo de lujo, como los asientos forrados de piel; el techo panorámico; el aire acondicionado digital; los compartimientos para guardar objetos varios y el acostumbrado festival de porta-vasos. Más allá de esto está el excelente sistema My Ford Touch, una evolución del SYNC, que nos permite controlar las funciones del radio, del teléfono celular o del reproductor de Mp3 por mandos de voz o al tocar tanto la pantalla como los controles del sistema, que ahora ya no tiene botones y sí sensores que reaccionan al mínimo toque de nuestros dedos. Hay que tener paciencia, empero, porque su reacción no es inmediata. Además, tuvimos un par de problemas en la comunicación por Bluetooth entre el teléfono y el auto, lo que es raro en un Ford.
Los terminados mejoraron sustancialmente. Los materiales son agradables de ver y tocar. También la calidad de ensamble se percibe mejor cuidada. Las distancias entre las partes son mínimas y esto se traduce en menos ruidos internos y mayor confort general.
Buen manejo
Ya no habrá una Explorer con motor V8. Ahora cuenta con una máquina V6 de 3.5 litros con 290 caballos de fuerza. Es una planta de poder que usa una caja automática de seis velocidades para mandar su fuerza a las ruedas delanteras, o a las cuatro, cuando hablamos de la más equipada de las Explorer.
Quien la use en la ciudad quedará totalmente complacido. El arranque es muy bueno, dejando una sensación de poder muy agradable. Nadie extrañará un V8.
En carretera, su límite de potencia llega más temprano de lo que quisiéramos y ahí, los más entusiastas se decepcionarán un poco. Bueno, pensando que haya algún entusiasta que compre una SUV. Pero condúzcala a un máximo de 160 km/h, como manda la prudencia, y quedará satisfecho.
La estabilidad es muy buena, pero nos hubiera gustado que los sistemas de control de estabilidad no fueran tan intrusivos. Hay momentos en los que entran demasiado temprano y aunque estemos conscientes de que ayudan a mantenernos en la trayectoria, su intervención puede también quitarnos la concentración al frenar una de las ruedas con más ímpetu y antes de lo que esperábamos. Nos quedamos con la sensación de que la Explorer nos conduce a nosotros y no al revés. Tomándose en cuenta el público que en la mayoría de los casos compra una de ellas, probablemente sea una buena idea.
Mejor, pero...
Dejamos la nueva Explorer con la sensación de que es una muy buena evolución sobre su antecesora. El diseño agrada a la mayoría, al igual que el equipo y los terminados. El detalle es que nos quedamos con la sensación de que pudo haber sido mejor de lo que es. Y todo tiene que ver más con el interior que con lo demás. Los asientos deben ser más anchos y más cercanos a las puertas. La segunda fila necesita asientos de distancia ajustables. Estos son detalles mucho más importantes que un portón eléctrico trasero, con el que, por supuesto, cuenta la Explorer. Esto, más un precio mucho más elevado de lo que pensamos justo, hace la diferencia entre un producto competente y uno que bien pudo ser imbatible en su categoría.
Ficha técnica
Motor: Frontal transversal; seis cilindros en V; 3.5 litros de desplazamiento; DOHC; 24 válvulas; inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia- 290 CV @ 6,500 rpm. Torque- 255 libras-pie @ 4,000 rpm .
Tracción: Integral.
Transmisión: Automática de seis velocidades (6+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera- Independiente, de brazos cortos y largos, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
5,006 / 2,291 / 1,803
Distancia entre ejes: 2,860 mm
Peso: 2,051 kilogramos.
Tanque- 70 litros.
Cajuela- 2,285 litros (Detrás de la primera fila).
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 9.24 segundos.
Frenado de 100 km/h a cero: 42 metros.
Cuarto de milla: 16.54 segundos a 134.9 km/h
Velocidad máxima gobernada: 170 km/h
Precio 665 mil 800 pesos
Casi 450 mil personas compraron una Ford Explorer en Estados Unidos en el año 2000. Esto la hacía el segundo vehículo más vendido en el entonces mayor mercado del mundo (hoy es China). Más que la Explorer sólo la F-150 (Lobo, en México). Apenas por debajo de ella, el Toyota Camry, que ahora es el sedán de mayor venta en le Unión Americana. Era un tiempo donde las camionetas necesitan mostrarse rudas, por esto usaban bases de pickup, o la carrocería sobre un chasis tubular. Así eran también sus rivales como la 4 Runner, la Grand Cherokee o la Pathfinder. Los tiempos cambian y el que no evoluciona, se queda. Ford tardó, pero terminó por entender que el futuro de la Explorer ya no descansaba sobre un chasis tubular. Ahora la camioneta usa la plataforma que por primera vez se usó en el Volvo S80 de 1998, que sigue vigente en vehículos como el Lincoln MKS o los Ford Taurus y Flex.
Espacio no muy bien distribuido
Al ser 9.4 centímetros más larga y 13.2 centímetros más ancha que su antecesora, la Explorer es mucho más imponente por fuera. Se ve sólida, alta, poderosa. Desde algunos ángulos, su trasera puede recordar a una Land Rover, lo que pudo no haber sido hecho con alevosía y ventaja, pero no es exactamente algo de que los dueños de este Ford vayan a reclamar.
Por dentro, el mayor espacio es muy perceptible en la primera fila de asientos. Pero incluso ahí ya salta a la vista un diseño que nos parece incorrecto. Los asientos son más angostos de lo que podrían ser, tal vez para ahorrar peso. Pero esto compromete el confort. Luego, quedan muy lejos de las puertas y esto hace que el descansa-brazos de éstas quede tan lejos que pierde su función.
En la segunda fila, otro error. Si los asientos delanteros están muy atrás, no hay espacio para piernas. Es más, ni siquiera se logra abatir los asientos de la segunda fila, porque las cabeceras lo impiden al chocarse contra los respaldos delanteros. Nos es difícil entender por qué Ford no hizo estos asientos con su base ajustable, como en la Toyota Highlander, por ejemplo. Probablemente fue por una cuestión de costos, aunque cuando vemos que la Explorer Limited vale más de 660 mil pesos, ese argumento se derrumba.
La tercera fila, curiosamente, es mejor de lo que esperábamos, pero como en casi todos los vehículos de su tipo, están hechas para niños o trayectos cortos.
Equipo generoso
Lo que sí es abundante es el equipo de la Limited. Ahí está todo lo que uno espera de un vehículo de lujo, como los asientos forrados de piel; el techo panorámico; el aire acondicionado digital; los compartimientos para guardar objetos varios y el acostumbrado festival de porta-vasos. Más allá de esto está el excelente sistema My Ford Touch, una evolución del SYNC, que nos permite controlar las funciones del radio, del teléfono celular o del reproductor de Mp3 por mandos de voz o al tocar tanto la pantalla como los controles del sistema, que ahora ya no tiene botones y sí sensores que reaccionan al mínimo toque de nuestros dedos. Hay que tener paciencia, empero, porque su reacción no es inmediata. Además, tuvimos un par de problemas en la comunicación por Bluetooth entre el teléfono y el auto, lo que es raro en un Ford.
Los terminados mejoraron sustancialmente. Los materiales son agradables de ver y tocar. También la calidad de ensamble se percibe mejor cuidada. Las distancias entre las partes son mínimas y esto se traduce en menos ruidos internos y mayor confort general.
Buen manejo
Ya no habrá una Explorer con motor V8. Ahora cuenta con una máquina V6 de 3.5 litros con 290 caballos de fuerza. Es una planta de poder que usa una caja automática de seis velocidades para mandar su fuerza a las ruedas delanteras, o a las cuatro, cuando hablamos de la más equipada de las Explorer.
Quien la use en la ciudad quedará totalmente complacido. El arranque es muy bueno, dejando una sensación de poder muy agradable. Nadie extrañará un V8.
En carretera, su límite de potencia llega más temprano de lo que quisiéramos y ahí, los más entusiastas se decepcionarán un poco. Bueno, pensando que haya algún entusiasta que compre una SUV. Pero condúzcala a un máximo de 160 km/h, como manda la prudencia, y quedará satisfecho.
La estabilidad es muy buena, pero nos hubiera gustado que los sistemas de control de estabilidad no fueran tan intrusivos. Hay momentos en los que entran demasiado temprano y aunque estemos conscientes de que ayudan a mantenernos en la trayectoria, su intervención puede también quitarnos la concentración al frenar una de las ruedas con más ímpetu y antes de lo que esperábamos. Nos quedamos con la sensación de que la Explorer nos conduce a nosotros y no al revés. Tomándose en cuenta el público que en la mayoría de los casos compra una de ellas, probablemente sea una buena idea.
Mejor, pero...
Dejamos la nueva Explorer con la sensación de que es una muy buena evolución sobre su antecesora. El diseño agrada a la mayoría, al igual que el equipo y los terminados. El detalle es que nos quedamos con la sensación de que pudo haber sido mejor de lo que es. Y todo tiene que ver más con el interior que con lo demás. Los asientos deben ser más anchos y más cercanos a las puertas. La segunda fila necesita asientos de distancia ajustables. Estos son detalles mucho más importantes que un portón eléctrico trasero, con el que, por supuesto, cuenta la Explorer. Esto, más un precio mucho más elevado de lo que pensamos justo, hace la diferencia entre un producto competente y uno que bien pudo ser imbatible en su categoría.
Ficha técnica
Motor: Frontal transversal; seis cilindros en V; 3.5 litros de desplazamiento; DOHC; 24 válvulas; inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia- 290 CV @ 6,500 rpm. Torque- 255 libras-pie @ 4,000 rpm .
Tracción: Integral.
Transmisión: Automática de seis velocidades (6+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera- Independiente, de brazos cortos y largos, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
5,006 / 2,291 / 1,803
Distancia entre ejes: 2,860 mm
Peso: 2,051 kilogramos.
Tanque- 70 litros.
Cajuela- 2,285 litros (Detrás de la primera fila).
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 9.24 segundos.
Frenado de 100 km/h a cero: 42 metros.
Cuarto de milla: 16.54 segundos a 134.9 km/h
Velocidad máxima gobernada: 170 km/h
Precio 665 mil 800 pesos