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De viajes y aventuras
Para pescar buenas lobinas hay que dar un salto…
GUADALAJARA,JALISCO (07/NOV/2010).- …hasta la presa de El Salto en Sinaloa; y ahí hay que llegar -sin duda alguna- con el famoso don Billy Chapman, gran conocedor, excelente anfitrión y héroe de más de mil batallas en el arte de la pesquería (y de otras muchas más que él mismo se reserva, y que poco a poco, y …a veces, como sacándoselas con sacacorchos, las empieza a desembuchar tras de sus lentes empañados, para contento de quien tiene la suerte de disfrutar de su amistad).
Don Billy es un gringo grandote y bien plantado, más mexicano que ustedes y que yo; bronco, atravesado de los de allá del mero Sinaloa; derecho y sincero como se usa en aquellas tierras; dadivoso y bondadoso, dispuesto a ayudar sin guerra ni cuartel a quien lo necesite; pionero y quijote de la pesca de lobina deportiva, que combinada con la comercial ha dado trabajo, sustento y economía a las comunidades aledañas de las presas en donde ha puesto su interés y dedicación.
Don Billy Chapman y Rosy, su encantadora esposa, tienen un pequeño y hogareño Lodge (hotelito) de ocho cuartos, no de lujo, pero con todas las comodidades; excelentes lanchas con guías expertos y una cocina de primerísima, a la orilla de la presa. Las lobinas -de buen tamaño- pareciera que las tienen amarradas en sus lugarcitos, porque asesorados por sus guías, no deja uno de estar a saque y saque tamaños ejemplares de muy buen ver. Yo que no soy ni pescador ni nada, saqué unos buenos tamalones que a mí mismo me causaban admiración (y envidia a mis expertos compañeros de aventura).
Fueron días maravillosos de una experiencia que nunca me esperaba: calma, silencio, tranquilidad, magníficas vistas, espléndidos amaneceres, un carrete enredado, revisar la caña, mirar a las montañas, fijar la vista en la orilla, lanzar nuevamente, pensar en nada, llamar a la lobi… ¡Zaz…! el jalón, la lucha, la técnica, la red, el hermoso animalón; agarrarlo de la enorme quijada abierta con sus pequeñísimos dientes, verla, pesarla, quitarle el anzuelo con cuidado, admirarla, devolverla al agua, y… verla gozosa perderse de nuevo en su limpio hogar con un imponente coletazo ¡Son verdaderas maravillas de la vida!
¡Y… volveré! como dijo McArthur, de eso estoy seguro. Buen pescar, buen comer, buen dormir, buena plática, pensar en otra cosa, descansar de la rapidez de la vida, preocuparnos de la caña, del anzuelo, de la táctica de la buena lanzada, de la loba gordotota, pensar por unos días en la nada de la nada, son tentaciones que me late, me late que voy a hacerme pescador, al abrigo de Don Billy mi nuevo gurú.
La presa El Salto está entre Mazatlán y Culiacán; a más o menos hora y media de uno y otro lado. Quien quiera llegar en avión, con una llamada y reservación al teléfono 696 964 3146 en el campamento, o al 01 311 211 5128, en su centro de reservaciones en Tepic, en una elegante camioneta estará esperándolos Jacinto para llevarlos al Lodge.
O si van por tierra, hay que ir por la carretera de cuota hacia La Cruz de Elota, en donde se hará un corte de 18 Km. hacia la libre; y a los 3 Km. se encontrarán la carreterita que va hacia Cosalá; y unos 10 Km. adelante aparecerá la desviación a El Salto y… ¡Cuidado! Unos mil metros adelante y a mano derecha un par de postes blancos sin ningún letrero les indicarán que una brechita de tierra muy pronto los dejará en el Lodge de don Billy, en donde estoy seguro que los esperarán con los brazos abiertos. Y si avisan la hora aproximada de llegada y el tipo de coche en el que van, alguien los estará esperando ahí en los postes blancos para que no se pierdan.
¡Gócenla! Y me avisan de las lobinonas que pescaron (con las consabidas mentiras de los pescadores, que se valen) ¿Sale?
Don Billy es un gringo grandote y bien plantado, más mexicano que ustedes y que yo; bronco, atravesado de los de allá del mero Sinaloa; derecho y sincero como se usa en aquellas tierras; dadivoso y bondadoso, dispuesto a ayudar sin guerra ni cuartel a quien lo necesite; pionero y quijote de la pesca de lobina deportiva, que combinada con la comercial ha dado trabajo, sustento y economía a las comunidades aledañas de las presas en donde ha puesto su interés y dedicación.
Don Billy Chapman y Rosy, su encantadora esposa, tienen un pequeño y hogareño Lodge (hotelito) de ocho cuartos, no de lujo, pero con todas las comodidades; excelentes lanchas con guías expertos y una cocina de primerísima, a la orilla de la presa. Las lobinas -de buen tamaño- pareciera que las tienen amarradas en sus lugarcitos, porque asesorados por sus guías, no deja uno de estar a saque y saque tamaños ejemplares de muy buen ver. Yo que no soy ni pescador ni nada, saqué unos buenos tamalones que a mí mismo me causaban admiración (y envidia a mis expertos compañeros de aventura).
Fueron días maravillosos de una experiencia que nunca me esperaba: calma, silencio, tranquilidad, magníficas vistas, espléndidos amaneceres, un carrete enredado, revisar la caña, mirar a las montañas, fijar la vista en la orilla, lanzar nuevamente, pensar en nada, llamar a la lobi… ¡Zaz…! el jalón, la lucha, la técnica, la red, el hermoso animalón; agarrarlo de la enorme quijada abierta con sus pequeñísimos dientes, verla, pesarla, quitarle el anzuelo con cuidado, admirarla, devolverla al agua, y… verla gozosa perderse de nuevo en su limpio hogar con un imponente coletazo ¡Son verdaderas maravillas de la vida!
¡Y… volveré! como dijo McArthur, de eso estoy seguro. Buen pescar, buen comer, buen dormir, buena plática, pensar en otra cosa, descansar de la rapidez de la vida, preocuparnos de la caña, del anzuelo, de la táctica de la buena lanzada, de la loba gordotota, pensar por unos días en la nada de la nada, son tentaciones que me late, me late que voy a hacerme pescador, al abrigo de Don Billy mi nuevo gurú.
La presa El Salto está entre Mazatlán y Culiacán; a más o menos hora y media de uno y otro lado. Quien quiera llegar en avión, con una llamada y reservación al teléfono 696 964 3146 en el campamento, o al 01 311 211 5128, en su centro de reservaciones en Tepic, en una elegante camioneta estará esperándolos Jacinto para llevarlos al Lodge.
O si van por tierra, hay que ir por la carretera de cuota hacia La Cruz de Elota, en donde se hará un corte de 18 Km. hacia la libre; y a los 3 Km. se encontrarán la carreterita que va hacia Cosalá; y unos 10 Km. adelante aparecerá la desviación a El Salto y… ¡Cuidado! Unos mil metros adelante y a mano derecha un par de postes blancos sin ningún letrero les indicarán que una brechita de tierra muy pronto los dejará en el Lodge de don Billy, en donde estoy seguro que los esperarán con los brazos abiertos. Y si avisan la hora aproximada de llegada y el tipo de coche en el que van, alguien los estará esperando ahí en los postes blancos para que no se pierdan.
¡Gócenla! Y me avisan de las lobinonas que pescaron (con las consabidas mentiras de los pescadores, que se valen) ¿Sale?