México
Impiden en San Lázaro informe de Lozano
El tema de Luz y Fuerza causó la crispación del ambiente dentro y fuera del recinto parlamentario
CIUDAD DE MÉXICO.- A pesar de que PRD y PRI impulsaron continuar con la comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano, el presidente en turno de la Mesa Directiva, Francisco Salazar, la suspendió definitivamente por las constantes protestas de diputados y miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), encabezados por Martín Esparza, presentes en San Lázaro.
Lozano apenas pudo dar una exposición inicial en torno a su gestión en el tercer año de Gobierno de Felipe Calderón, y defendió la legalidad de la extinción de Luz y Fuerza.
Afirmó que esta acción fue “legal, legítima, oportuna y conveniente para la economía general y el interés de la nación”.
Sólo pudieron usar la tribuna Convergencia, PT y Nueva Alianza.
Los diputados del PT y PRD estuvieron siempre en fricción con los panistas, que defendían la integridad física de Lozano.
Laura Iztel Castillo denunció la agresión del panista Luis Enrique Mercado, quien a codazos evitó que se le acercara al funcionario a entregarle una manda con el logo del SME y la frase “Gobierno fascista”; el panista le ofreció disculpas.
Porfirio Muñoz Ledo, del PT, aseguró que el funcionario es un experto “en el trabajo sucio”.
“Es insolente y provocador, está jugando una apuesta personal de poder por la vía del enfrentamiento y mano dura”.
Pidió evitar que se tiña de rojo la historia de México, e insistió en la controversia constitucional en el caso Luz y Fuerza.
El coordinador de Convergencia, Pedro Jiménez dijo que el funcionario tiene un logro: “ser el peor secretario del Trabajo de la historia”.
Alejandro Encinas, Pedro Vázquez y Pedro Jiménez coincidieron en que Francisco Ramírez Acuña —quien regresó presuroso desde el Senado— se extralimitó en suspender la comparecencia, y que es obvio que tenía una orden del Presidente Felipe Calderón, por lo que harán un extrañamiento.
Espectáculo denigrante
Como un espectáculo denigrante y lamentable calificó el secretario del Trabajo su accidentada comparecencia de este jueves, que tuvo dos recesos y finalmente fue levantada antes de lo previsto por la actitud de “un pequeño grupo” de legisladores.
“Por un lado te dicen que estés ahí, que vayas al Pleno (de la Cámara de Diputados), que des la cara, que expongas las ideas, los argumentos, que defiendas la posición del Gobierno y ya que llegas ahí pues hacen todo para que no puedas hablar, que no puedas debatir”, dijo el funcionario.
Desata la ira
CIUDAD DE MÉXICO.- Pálido está el secretario del Trabajo y tiene que guardar lo que siente, implacables le llegan los gritos: “¡fascista!...¡cobarde!”. Va tras él Gerardo Fernández Noroña, pero al iracundo legislador del PT le cierra el paso César González, del PAN. Hay empujones, manotazos.
La violencia amenaza con envolver a muchos. Se viven momentos terribles, insólitos en la ya larga y complicada vida de la Cámara de Diputados.
Desde las alturas vuela la consigna: “¡se ve, se siente, la fuerza del SME!”. Allá en las galerías están el dirigente sindical Martín Esparza, gente de su confianza y algunos legisladores. La comparecencia de Javier Lozano ha sido suspendida por segunda ocasión. Los ánimos en el recinto están ardientes.
Minutos después, el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, que regresó apresurado del Senado, dice a los coordinadores de las diversas fracciones que la sesión tiene que suspenderse, que los electricistas llevan bolsas con blanquillos.
Alarmado les pide imaginar que un huevo golpeara al funcionario. Sin embargo, priistas y perredistas le dicen que se puede seguir adelante, que se puede negociar, que los petistas ya aceptaron que Fernández Noroña se baje de la tribuna.
Y por su cuenta, Ramírez Acuña levanta la sesión. Javier Lozano va pálido y se tiene que guardar lo que siente. Y en el recinto se pasea la ira, nadie la detiene.
Lozano apenas pudo dar una exposición inicial en torno a su gestión en el tercer año de Gobierno de Felipe Calderón, y defendió la legalidad de la extinción de Luz y Fuerza.
Afirmó que esta acción fue “legal, legítima, oportuna y conveniente para la economía general y el interés de la nación”.
Sólo pudieron usar la tribuna Convergencia, PT y Nueva Alianza.
Los diputados del PT y PRD estuvieron siempre en fricción con los panistas, que defendían la integridad física de Lozano.
Laura Iztel Castillo denunció la agresión del panista Luis Enrique Mercado, quien a codazos evitó que se le acercara al funcionario a entregarle una manda con el logo del SME y la frase “Gobierno fascista”; el panista le ofreció disculpas.
Porfirio Muñoz Ledo, del PT, aseguró que el funcionario es un experto “en el trabajo sucio”.
“Es insolente y provocador, está jugando una apuesta personal de poder por la vía del enfrentamiento y mano dura”.
Pidió evitar que se tiña de rojo la historia de México, e insistió en la controversia constitucional en el caso Luz y Fuerza.
El coordinador de Convergencia, Pedro Jiménez dijo que el funcionario tiene un logro: “ser el peor secretario del Trabajo de la historia”.
Alejandro Encinas, Pedro Vázquez y Pedro Jiménez coincidieron en que Francisco Ramírez Acuña —quien regresó presuroso desde el Senado— se extralimitó en suspender la comparecencia, y que es obvio que tenía una orden del Presidente Felipe Calderón, por lo que harán un extrañamiento.
Espectáculo denigrante
Como un espectáculo denigrante y lamentable calificó el secretario del Trabajo su accidentada comparecencia de este jueves, que tuvo dos recesos y finalmente fue levantada antes de lo previsto por la actitud de “un pequeño grupo” de legisladores.
“Por un lado te dicen que estés ahí, que vayas al Pleno (de la Cámara de Diputados), que des la cara, que expongas las ideas, los argumentos, que defiendas la posición del Gobierno y ya que llegas ahí pues hacen todo para que no puedas hablar, que no puedas debatir”, dijo el funcionario.
Desata la ira
CIUDAD DE MÉXICO.- Pálido está el secretario del Trabajo y tiene que guardar lo que siente, implacables le llegan los gritos: “¡fascista!...¡cobarde!”. Va tras él Gerardo Fernández Noroña, pero al iracundo legislador del PT le cierra el paso César González, del PAN. Hay empujones, manotazos.
La violencia amenaza con envolver a muchos. Se viven momentos terribles, insólitos en la ya larga y complicada vida de la Cámara de Diputados.
Desde las alturas vuela la consigna: “¡se ve, se siente, la fuerza del SME!”. Allá en las galerías están el dirigente sindical Martín Esparza, gente de su confianza y algunos legisladores. La comparecencia de Javier Lozano ha sido suspendida por segunda ocasión. Los ánimos en el recinto están ardientes.
Minutos después, el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, que regresó apresurado del Senado, dice a los coordinadores de las diversas fracciones que la sesión tiene que suspenderse, que los electricistas llevan bolsas con blanquillos.
Alarmado les pide imaginar que un huevo golpeara al funcionario. Sin embargo, priistas y perredistas le dicen que se puede seguir adelante, que se puede negociar, que los petistas ya aceptaron que Fernández Noroña se baje de la tribuna.
Y por su cuenta, Ramírez Acuña levanta la sesión. Javier Lozano va pálido y se tiene que guardar lo que siente. Y en el recinto se pasea la ira, nadie la detiene.