México
“El futuro nos alcanza”
Yo mismo he promovido que se forme un movimiento que se llame ‘‘Varones por el derecho a ser madres’’
Todavía no termina el fragor de la discusión acerca de los matrimonios entre personas del mismo género, de lo que ya hablamos, y esa maravilla que se llama
internet nos provee de increíbles historias, de historias singulares, ignoro si ciertas o falsas, pero que dentro de 20 años pueden ser consideradas como habituales, hace 20 años nadie consideraba posibles los primeros, por lo que no hay que decir no aunque te llenes de familia.
Yo mismo he promovido que se forme un movimiento que se llame “Varones por el derecho a ser madres”, coincido en que ahora no es posible, pero los varones no debemos ser discriminados y se nos debe conceder ese derecho, que por otra parte no será menos ilusorio que el derecho a la salud, a la vivienda o tantos otros que sólo existen en la fecunda imaginación de nuestros amados representantes populares que tanto se sacrifican por quienes formamos las gloriosas filas del infelizaje.
Esta semana apareció la noticia de que un joven coreano llamado Lee Jin-gyu se casó, con los ajuares del caso, con su almohada. Le gustan grandotas al sujeto, ya que es una almohada muy grande y tiene pintada la imagen de una serie animada. Fiel al espíritu de tolerancia que me caracteriza (más bien flojera de discutir babosadas), no criticaré la preferencia sexual del sujeto, baste comentar que regaños de su pareja no tendrá. Deseamos al contrayente una eterna luna de miel y a la almohada que su marido, o como se llame, que no le pongan los cuernos almohadilies con otros cojines. Por cierto que no es el primero en hacerlo.
En España se está pensando que los animales deben dejar de ser discriminados, hay que considerar que hay canarios que viven encerrados paliando la soledad de muchos ciudadanos sin tener nunca la oportunidad de sentir la protección de ser herederos o de servicio veterinario gratuito (que si es igual al médico gratuito, en verdad estamos en las manos de Dios). Ya discuten allá la forma de reconocer esos derechos.
En una página denominada prensablog.com, aparece que en la India son muy comunes las bodas con animales, y narra que a una niña que estaba poseída por un espíritu maligno la casaron con un perro bravo para que éste espantara al espíritu. Otro caso interesante es el de un sujeto que mató (supongo que cruelmente) a un par de perros y desde entonces todo fue mal para él. Puro sufrimiento. Cansado de vivir sufriendo, el sujeto decidió reivindicar su acción y se casó con una perra, a la que desea en compensación hacer feliz. Qué lindo. Desde luego no recomiendo el sistema a alguien que haya matado a dos leones.
Yo mismo he promovido que se forme un movimiento que se llame “Varones por el derecho a ser madres”, coincido en que ahora no es posible, pero los varones no debemos ser discriminados y se nos debe conceder ese derecho, que por otra parte no será menos ilusorio que el derecho a la salud, a la vivienda o tantos otros que sólo existen en la fecunda imaginación de nuestros amados representantes populares que tanto se sacrifican por quienes formamos las gloriosas filas del infelizaje.
Esta semana apareció la noticia de que un joven coreano llamado Lee Jin-gyu se casó, con los ajuares del caso, con su almohada. Le gustan grandotas al sujeto, ya que es una almohada muy grande y tiene pintada la imagen de una serie animada. Fiel al espíritu de tolerancia que me caracteriza (más bien flojera de discutir babosadas), no criticaré la preferencia sexual del sujeto, baste comentar que regaños de su pareja no tendrá. Deseamos al contrayente una eterna luna de miel y a la almohada que su marido, o como se llame, que no le pongan los cuernos almohadilies con otros cojines. Por cierto que no es el primero en hacerlo.
En España se está pensando que los animales deben dejar de ser discriminados, hay que considerar que hay canarios que viven encerrados paliando la soledad de muchos ciudadanos sin tener nunca la oportunidad de sentir la protección de ser herederos o de servicio veterinario gratuito (que si es igual al médico gratuito, en verdad estamos en las manos de Dios). Ya discuten allá la forma de reconocer esos derechos.
En una página denominada prensablog.com, aparece que en la India son muy comunes las bodas con animales, y narra que a una niña que estaba poseída por un espíritu maligno la casaron con un perro bravo para que éste espantara al espíritu. Otro caso interesante es el de un sujeto que mató (supongo que cruelmente) a un par de perros y desde entonces todo fue mal para él. Puro sufrimiento. Cansado de vivir sufriendo, el sujeto decidió reivindicar su acción y se casó con una perra, a la que desea en compensación hacer feliz. Qué lindo. Desde luego no recomiendo el sistema a alguien que haya matado a dos leones.