Jalisco

Tres de los sicarios muertos en San Cristóbal de la Barranca eran “altos mandos”

Mediante registro dactilar de la Secretaría de Seguridad del Estado se detectó que tenían historial delictivo

SAN CRISTÓBAL DE LA BARRANCA, JALISCO (17/JUN/2011).- Tres de los individuos que perdieron la vida en el enfrentamiento que se registró el pasado 14 de junio en el predio conocido como La Lobera, del municipio de San Cristóbal de la Barranca, Jalisco tenían diversos antecedentes penales; además eran “altos mandos” del grupo criminal de Los Zetas que participaron en diversos hechos ilícitos con anterioridad; mediante registros de huellas dactilares se conocieron los antecedentes de dichos individuos.

Uno de ellos es Heriberto Centeno Madrid, quien cambió su alias de “El Beto” por el de “Comandante Ardilla” cuando se fugó del penal de Cieneguillas, Zacatecas, junto con otros 52 reos más el pasado 16 de mayo de 2009.

Tenía 41 años, su estatura no llegaba al metro con 60 centímetros y apenas terminó la primaria. Sin embargo, ya comandaba una célula de 50 sicarios que se enfrentó contra elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Jalisco ( SSPEJ), el pasado 14 de junio en una brecha del poblado La Lobera.

El “Comandante Ardilla”, oriundo de Fresnillo, Zacatecas, era considerado uno de los 11 hombres más peligrosos que se fugaron de aquel centro penitenciario; apenas había cumplido poco más de un mes de reclusión tras su captura por su presunta participación en el homicidio de la familia Campos Cárdenas en el municipio de Zapotlán El Grande, Jalisco.

A decir de los detenidos tras el enfrentamiento en La Lobera, el “Comandante Ardilla” era su más alto mando y le profesaban respeto.

Centeno Madrid también pisó el Reclusorio Preventivo de Guadalajara en 2008 por el delito de portación de arma de fuego. Junto con el “Comandante Ardilla” también fue abatido otro de los altos mandos de la célula de Los Zetas que intentaron cruzar Jalisco para llegar a Florencia, Zacatecas a pelear contra sus rivales.

Se trata de Miguel Ángel Soto Calderón, quen se cambiaba el nombre por el de Miguel Ángel Cuevas Pedraza, alias “el flaco”, originario de Zacatecas. Tenía 37 años de edad pero desde los 23 registra el primero de dos ingresos a un penal en el Estado de Durango.

En 2009 fue detenido por el Ejército Mexicano en Sabinas Hidalgo, Nuevo León, trasladando rifles de asalto y 191 cargadores nuevos en el doble fondo de un tanque pipa para agua cuyo destino era su natal Estado de Zacatecas.

En aquella ocasión se identificó como miembro del cártel del Golfo, por lo que fue recluido en el Penal de Topo Chico de aquella Entidad.

Apenas en abril de 2010 obtuvo su libertad por pena condicional.

Los jóvenes que fueron detenidos por policías estatales tras el enfrentamiento en La Lobera relataron sus entrenamientos y rituales de bienvenida al grupo, consistentes en golpizas que les propinaban todos los integrantes, además del tipo de relaciones que mantenían con sus superiores.

Ellos revelaron que el “Sargento”, identificado como Ricardo Adán Villanueva Sangabriel, era el que les daba “la adiestra”, un entrenamiento de dos meses para aprender a distinguir y disparar armas, así como atacar en enfrentamientos.

El “Sargento” fue soldado de infantería perteneciente al Octavo Batallón de Infantería en Mazatlán, Sinaloa y contaba con 24 años de edad.

Cabe recordar que en diciembre de 2010, la SSPEJ también detuvo a Isauro Vicencio Ramírez, junto con otros dos sujetos, quien también formaba parte del grupo que junto con Centeno Madrid se fugó de la cárcel zacatecana de Cieneguillas. Al igual que Isauro Vicencio, el “Comandante Ardilla”, se fugó del penal pero no abandonó su Estado. Sus actividades tenían como base el municipio de Fresnillo, Zacatecas.

Además de estos individuos, la SSPEJ buscó antecedentes mediante las huellas dactilares de los otros tres fallecidos, sin embargo, no contaban con registro de detenciones y por ello permanecen en calidad de no identificados.

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