Jalisco
Temor y alerta entre tapatíos por fuga de gas
Habitantes de la zona de Cruz del Sur narran cómo fue el desalojo ante alerta de flamazo
ZAPOPAN, JALISCO (16/OCT/2013).- Una llama lo desató. Poco antes de las ocho de la mañana, un particular reporte telefónico alertó a las autoridades, pues daba cuenta de una
flama que salía del subsuelo; de una caja subterránea de drenaje cuya evidencia fotográfica consta en los registros de Twitter y Facebook, registros que rápidamente tuvieron réplica y cobraron notoriedad y alerta.
A la alerta siguió una respuesta. Autoridades del municipio de Zapopan y de la Fiscalía del Estado se presentaron en el sitio y, tras constatar la poco usual imagen, el operativo comenzó. Vecinos dicen que con la improvisación de una emergencia; la autoridad defiende que con la experiencia de antaño.
En hora y media, las calles ubicadas en las inmediaciones de la Avenida Cruz del Sur, entre Sierra de Tapalpa y la Avenida Patria, fueron desalojadas.
La movilización atestiguó trabas: padres de familia que buscaban recoger a sus hijos a la escuela, y salir de inmediato de la zona, tuvieron serias complicaciones para avanzar. El reporte de un riesgo inminente de explosividad llegó a los medios de comunicación y el episodio cobró una dimensión aún mayor.
"Era un ruido muy fuerte; no nos escuchábamos. Todos querían salir y como si el 'pitido' (claxon) les ayudara a avanzar más rápido, no dejaban de sonarlo", narró una señora que comía en uno de los pocos puestos que, fuera del perímetro de mayor peligro, se mantuvieron en pie.
Operativo con reacciones encontradas
"A mi sobrino lo sacaron a la fuerza. Hasta le gritaban con malas palabras: '¡salte hijo de tu tal por cual!'. Uno piensa que para que se apuraran, pero pues qué necesidad de eso, ¿verdad?".
Nueve de la mañana y las brigadas de Protección Civil, Movilidad y Policía ya tenían acordonada la zona. Los agentes viales restringieron el acceso por Cruz del Sur desde la avenida Conchita. Y el tráfico, según reportaron algunos de los elementos que solicitaban "platicar" y no grabar su testimonio, fue óptimo en las vías alternas habilitadas: López Mateos, Conchita, Ahuehuetes y Tabachines.
La autoridad replicó señalamientos de desorden y maltrato con antónimos. Francisco Poe Morales, el comisario general de Vialidad, declaró que hubo orden y cooperación al realizar los desalojos.
Hacia el mediodía, ya cuando el operativo estaba reforzado con soldados, pocos eran quienes caminaban por esas calles. De acuerdo con el último reporte de la autoridad, seis mil personas de seis colonias fueron invitadas a salir de sus domicilios para resguardarse en otro sitio. Acaso dos o tres decenas de ellas permanecieron en las proximidades.
Desfile de autoridades
Cada vez más y más autoridades de primer nivel se acercaban al lugar. Al final hasta el alcalde, Héctor Robles, y el Fiscal General, Luis Carlos Nájera, completaron el cuadro de funcionarios de primer nivel en la zona de riesgo, junto con el secretario de Gobierno, Arturo Zamora, el titular de Protección Civil, Trinidad López Rivas, Francisco Ayón, del Consejo de Administración del SIAPA (representado también por su director, Aristeo Mejía) y Tito Lugo, titular de la CEA.
Poco se habló de riesgo inminente, aunque los reportes de explosividad seguían alertando a la autoridad. Como prueba de ello: la línea amarilla que fijó el límite de acceso a medios de comunicación se cambió en dos ocasiones.
Aunque se acordó que sólo el titular de Protección Civil sería quien explicaría a la sociedad qué protocolo se estaba siguiendo, la eventual llegada de Arturo Zamora al punto cambió esa constante, y éste último accedió a hablar frente a cámaras y grabadoras.
Sanciones por omisión; descartan que Pemex esté involucrado
Fue el segundo hombre con mayor poder en la estructura gubernamental de Jalisco quien, aunque con mesura, confirmó que habría seguimiento al caso, y sanciones para los responsables de alguna omisión que, eventualmente, se detectara. Un operativo que involucró desviar de sus funciones a 360 elementos operativos no era para menos.
La prensa insistió. El fantasma de una ciudad que en el recuerdo del 22 de abril de 1992 tiene una herida aún abierta significaba alerta. Zamora entendió el mensaje y descartó de inmediato: "Pemex no tuvo absolutamente nada qué ver en esto"; las líneas de distribución del gas que ya alteraba a alumnos de una primaria desde el miércoles pasado, eran de la empresa Tractebel.
Héctor Robles aceptó que ya antes los vecinos de la zona habían mostrado al Ayuntamiento (que entonces no encabezaba) su rechazo por la instalación de gas subterráneo, línea que de igual forma se instaló.
La empresa "no está autorizada a hablar"
Los vehículos con logos de MaxiGas, la empresa que instaló ese ducto, fueron constantes. Pero sus tripulantes poco quisieron hablar.
Tras confirmarse que el cierre de válvulas de abasto y las labores de limpieza con "agua jabonosa" lograron reducir el parámetro de explosividad a cero, se buscó al gerente de relaciones externas de Maxigas, pero éste respondió que "no estaba autorizado" para dar declaraciones.
Lo único que aclaró fue que los trabajadores de la empresa estuvieron codo a codo con las autoridades (lo que nunca se puso en duda por parte de los funcionarios), y que el ducto dañado tiene solamente tres años.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
A la alerta siguió una respuesta. Autoridades del municipio de Zapopan y de la Fiscalía del Estado se presentaron en el sitio y, tras constatar la poco usual imagen, el operativo comenzó. Vecinos dicen que con la improvisación de una emergencia; la autoridad defiende que con la experiencia de antaño.
En hora y media, las calles ubicadas en las inmediaciones de la Avenida Cruz del Sur, entre Sierra de Tapalpa y la Avenida Patria, fueron desalojadas.
La movilización atestiguó trabas: padres de familia que buscaban recoger a sus hijos a la escuela, y salir de inmediato de la zona, tuvieron serias complicaciones para avanzar. El reporte de un riesgo inminente de explosividad llegó a los medios de comunicación y el episodio cobró una dimensión aún mayor.
"Era un ruido muy fuerte; no nos escuchábamos. Todos querían salir y como si el 'pitido' (claxon) les ayudara a avanzar más rápido, no dejaban de sonarlo", narró una señora que comía en uno de los pocos puestos que, fuera del perímetro de mayor peligro, se mantuvieron en pie.
Operativo con reacciones encontradas
"A mi sobrino lo sacaron a la fuerza. Hasta le gritaban con malas palabras: '¡salte hijo de tu tal por cual!'. Uno piensa que para que se apuraran, pero pues qué necesidad de eso, ¿verdad?".
Nueve de la mañana y las brigadas de Protección Civil, Movilidad y Policía ya tenían acordonada la zona. Los agentes viales restringieron el acceso por Cruz del Sur desde la avenida Conchita. Y el tráfico, según reportaron algunos de los elementos que solicitaban "platicar" y no grabar su testimonio, fue óptimo en las vías alternas habilitadas: López Mateos, Conchita, Ahuehuetes y Tabachines.
La autoridad replicó señalamientos de desorden y maltrato con antónimos. Francisco Poe Morales, el comisario general de Vialidad, declaró que hubo orden y cooperación al realizar los desalojos.
Hacia el mediodía, ya cuando el operativo estaba reforzado con soldados, pocos eran quienes caminaban por esas calles. De acuerdo con el último reporte de la autoridad, seis mil personas de seis colonias fueron invitadas a salir de sus domicilios para resguardarse en otro sitio. Acaso dos o tres decenas de ellas permanecieron en las proximidades.
Desfile de autoridades
Cada vez más y más autoridades de primer nivel se acercaban al lugar. Al final hasta el alcalde, Héctor Robles, y el Fiscal General, Luis Carlos Nájera, completaron el cuadro de funcionarios de primer nivel en la zona de riesgo, junto con el secretario de Gobierno, Arturo Zamora, el titular de Protección Civil, Trinidad López Rivas, Francisco Ayón, del Consejo de Administración del SIAPA (representado también por su director, Aristeo Mejía) y Tito Lugo, titular de la CEA.
Poco se habló de riesgo inminente, aunque los reportes de explosividad seguían alertando a la autoridad. Como prueba de ello: la línea amarilla que fijó el límite de acceso a medios de comunicación se cambió en dos ocasiones.
Aunque se acordó que sólo el titular de Protección Civil sería quien explicaría a la sociedad qué protocolo se estaba siguiendo, la eventual llegada de Arturo Zamora al punto cambió esa constante, y éste último accedió a hablar frente a cámaras y grabadoras.
Sanciones por omisión; descartan que Pemex esté involucrado
Fue el segundo hombre con mayor poder en la estructura gubernamental de Jalisco quien, aunque con mesura, confirmó que habría seguimiento al caso, y sanciones para los responsables de alguna omisión que, eventualmente, se detectara. Un operativo que involucró desviar de sus funciones a 360 elementos operativos no era para menos.
La prensa insistió. El fantasma de una ciudad que en el recuerdo del 22 de abril de 1992 tiene una herida aún abierta significaba alerta. Zamora entendió el mensaje y descartó de inmediato: "Pemex no tuvo absolutamente nada qué ver en esto"; las líneas de distribución del gas que ya alteraba a alumnos de una primaria desde el miércoles pasado, eran de la empresa Tractebel.
Héctor Robles aceptó que ya antes los vecinos de la zona habían mostrado al Ayuntamiento (que entonces no encabezaba) su rechazo por la instalación de gas subterráneo, línea que de igual forma se instaló.
La empresa "no está autorizada a hablar"
Los vehículos con logos de MaxiGas, la empresa que instaló ese ducto, fueron constantes. Pero sus tripulantes poco quisieron hablar.
Tras confirmarse que el cierre de válvulas de abasto y las labores de limpieza con "agua jabonosa" lograron reducir el parámetro de explosividad a cero, se buscó al gerente de relaciones externas de Maxigas, pero éste respondió que "no estaba autorizado" para dar declaraciones.
Lo único que aclaró fue que los trabajadores de la empresa estuvieron codo a codo con las autoridades (lo que nunca se puso en duda por parte de los funcionarios), y que el ducto dañado tiene solamente tres años.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA