Jalisco

Suelos alterados, también en viviendas de la periferia metropolitana

Experto refiere que los ayuntamientos no cuentan con personal suficiente que vigile realice una valoración constante en terrenos

GUADALAJARA, JALISCO (27/SEP/2012).- No sólo en Guadalajara, sino en la periferia de la ciudad, los desarrollos más recientes (construidos durante la década pasada) han sido edificados sobre suelo “manipulado”. Sea relleno de basura o escombro, las residencias que se encuentran pasando la barrera del Anillo Periférico también son parte del fenómeno que hace público el Instituto de Información Territorial del Estado de Jalisco (IITEJ), sobre casas fincadas en terrenos irregulares.

Juan Gallardo Valdez, investigador del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño de Jalisco (CIATEJ), expone que todo inició cuando el crecimiento poblacional y urbano que la metrópoli experimentó a partir de la década de los 80s, alcanzó al Periférico.

Otrora zonas de extracción de material, o incluso depósitos clandestinos de residuos urbanos, los terrenos después de Periférico iniciaron su conversión a zonas de vivienda con el aval de los Ayuntamientos, sólo con un proceso de saneamiento de los escombros ahí depositados, y su eventual reincorporación a la actividad productiva.

Eso, expone el especialista, es lo que ocurrió y sigue presentándose en mega desarrollos como los de Tlajomulco de Zúñiga; zonas con peligro latente de agrietamientos, en el menor de los casos, o colapso de estructuras en situaciones extremas.  

Por desgracia, “poco o nada” puede hacerse para atender esta problemática. Salvo una demanda colectiva, ni las autoridades en turno, ni la ciudadanía, pueden hacer mucho por resolver un problema que requiere derribar por completo las viviendas inseguras. “Además, es hasta cuando la gente llega a habitar la vivienda que se da cuenta de los vicios ocultos (…) Pueden entablar una demanda, pero la necesidad de habitar esas viviendas los hace que convivan cotidianamente con el riesgo”.

Esto, expone, también ha sido detonante para el desalojo masivo de fraccionamientos, que hoy se erigen como pueblos “fantasma”. “La gente prefiere vender y deshabitar su casa. Hay muchos casos en los mega desarrollos de Tlajomulco donde hay áreas completamente deshabitadas; en La Azucena, de El Salto, ocurre igual”.

Pero no culpa a los ayuntamientos, pues aunque es responsabilidad  de esas instancias realizar visitas de inspección periódicas cuando el fraccionamiento está edificándose, reconoce que el personal de vigilancia con que estos cuentan es mínimo para hacer una valoración constante de los terrenos. Así, al igual que los ocupantes, las autoridades también son “las últimas en enterarse” de los riesgos.

Refiere que las urbanizadoras deberían dar informes sobre las condiciones del terreno en que construyeron, aunque difícilmente se hace, pues esto ahuyentaría a los compradores.  La única herramienta, pues, es el Atlas de riesgo que constantemente actualiza la Unidad Estatal de Protección Civil.

Recomendación

Juan Gallardo Valdez recomienda que, previo a decidirse por una residencia, recorra la zona de su agrado y platique con vecinos. Investiguen con ellos sobre las condiciones de sus casas y no dude en preguntar a la constructora si el sitio fue utilizado en algún tiempo como banco de extracción de materiales, o depósito de escombro y rellenos.

Otra forma de prevenirse es acudiendo a las áreas de Planeación o Catastro del Ayuntamiento, e indagar lo mayor posible sobre la zona en que busca comprar su hogar.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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